En medio de la conmoción por la violación “en patota” ocurrida en Miramar durante fin de año, otros dos abusos grupales se registraron en la misma madrugada del 1 de enero: uno en Villa Elisa (La Plata), donde una adolescente de 15 años fue emboscada y abusada por siete jóvenes, y otro en Las Lajitas (Salta), donde dos adultos violaron a otra, de 14 años. En el primer caso, los acusados están prófugos, mientras que la Fiscalía salteña ya pidió la detención de los dos hombres acusados de la violación y de la madre de uno de ellos, por haber actuado, presuntamente, en complicidad. 

En el caso de Villa Elisa, la víctima denunció que un grupo de siete jóvenes encapuchados la emboscaron mientras se dirigía a su casa y la llevaron a la fuerza a un descampado, donde luego abusaron sexualmente de ella. De acuerdo con el testimonio, se podría haber tratado de un plan premeditado porque los atacantes intercambiaron señas al verla caminar por las calles 419 y 15. Según afirmó la adolescente, luego de la emboscada fue conducida a un predio deshabitado y allí, mientras tres de los atacantes la sostenían, el resto la manoseaba. El ataque terminó cuando la joven logró desprenderse de sus captores, tomó un palo y comenzó a defenderse a golpes.

La víctima, según los medios locales, hizo la denuncia junto con su abuelo y los peritajes médicos habrían confirmado el abuso, además de lesiones en el cuello, congruentes con su relato. El diario 0221 difundió un mensaje de Whatsapp de la víctima a sus amigos, en el que brindó detalles de la vestimenta de los agresores. "Estaban la mayoría de campera negra encapuchados y solo se le veían los ojos pero por lo que parecía no eran todos adultos había uno que otro más como adolescente, dos vestían un short azul con rayas y los otros andaban con pantalones deportivos", precisó. 

El otro ataque ocurrió también en las primeras horas de 2019 en Las Lajitas, a 230 kilómetros de la Ciudad de Salta. De acuerdo con la madre de la víctima, encontró a su hija en el interior de una casa mientras dos jóvenes abusaban de ella, a pesar de que la madre de uno de ellos había negado haber visto a la adolescente en el lugar.  

Según relató la mujer, su hija había ido a saludar a unos vecinos y ante la demora de su regreso salió a buscarla y la encontró reunida con compañeros del colegio. La autorizó a que se quedara un rato más y volvió a su casa. Tras una nueva demora, comenzó a buscarla por el barrio, hasta que llegó a la vivienda en que se produjo el ataque. La adolescente ahora permanece internada, mientras dos jóvenes, de 22 y 19 años, quedaron detenidos e imputados por el ataque.