Analistas de Argentina aseguraron que la “ideología de género”, mencionada como un eje a combatir por Jair Bolsonaro durante su asunción como presidente de Brasil, es “antiderechos” e “intenta desprestigiar” los estudios sobre desigualdades sociales. “Vamos a unir al pueblo, a valorar la familia, respetar las religiones y nuestras tradiciones judeo-cristianas, combatir la ideología de género, conservando nuestros valores”, dijo Bolsonaro este 1 de enero. 

¿A qué se refería? Según el investigador del Conicet Juan Marco Vaggione, el término “viene utilizándose en diversos países de la región como parte de una agenda neoconservadora para oponerse a la vigencia de los derechos sexuales y reproductivos”. La socióloga Eleonor Faur agrega que es un concepto que comenzó a usarse “en la década de 1990 para oponerse a las investigaciones presentadas en conferencias de la ONU, por parte de movimientos de mujeres y LGBT, donde se demostraba que lo masculino y femenino son construcciones sociales”. La docente de la Universidad de San Martín señala además otro dato a tener en cuenta. “Es Ratzinger (el papa Benedicto XVI) quien retoma la idea e insiste con los roles ‘naturales’ de mujeres y varones, y contrarresta con la idea de la ideología para señalar que lo que estamos diciendo en nuestras investigaciones no forma parte de una evidencia científica”. La misma línea siguió Francisco, aporta el psiquiatra Enrique Stola, ya que “califica como ‘ideología de género’ al producto de 60 años de estudios académicos de género”. 

Quienes sustentan el concepto “reflejan una ideología androcéntrica y sexista”, afirma por su parte Danila Suárez Tomé, docente de filosofía de la Universidad de Buenos Aires. “La tarea es continuar evidenciando que no hay nada de natural en la ideología conservadora, sino que es, justamente, incompatible con el avance de los derechos humanos, especialmente los de las mujeres, personas trans y personas cuyo deseo se manifiesta por fuera de la heteronorma”, enfatiza Suárez Tomé.