La presidenta del Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama), Suely Araújo, renunció ayer al cargo un día después de que el presidente Jair Bolsonaro la cuestionara en las redes sociales por el valor supuestamente exagerado de un contrato para alquilar vehículos para el órgano. Araújo, nombrada en 2016 por el entonces presidente Michel Temer y que esperaba ser sustituida con el inicio del nuevo Gobierno, prefirió anticipar su salida. Tanto el presidente como el nuevo ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, cuestionaron el alto valor de un contrato por 28,7 millones de reales (unos 7,8 millones de dólares) para alquilar vehículos destinados a los fiscales del Instituto. En su descargo, Araújo alegó que se trataba del alquiler de 393 camionetas ya adaptadas para actividades de fiscalización, combate de incendios forestales y atención de emergencias ambientales. El Ibama es el órgano responsable por la concesión de las licencias ambientales para proyectos de empresas mineras, petroleras o de agricultura intensiva que pueden amenazar reservas o recursos naturales.