La renuncia de Pedro Chávarry se produjo después de haber sido acusado de haber entorpecido las investigaciones acerca de la constructora brasileña, que admitió haber pagado coimas en diferentes países de latinoamérica para obtener contratos de obras públicas.

La crisis se precipitó el pasado 31 de diciembre, cuando Chávarry apartó a dos fiscales que investigaban las operaciones de Odebrecht, una decisión que derivó en protestas callejeras. Uno de los desplazados fue José Domingo Pérez, quien investigaba a los ex presidentes Alan García, Alejandro Toledo, Pedro Pablo Kuczynski y a la líder de la oposición, Keiko Fujimori.

En ese marco, el presidente Martín Vizcarra presentó en el Congreso un proyecto para declarar en emergencia al Ministerio Público -lo que implicaba la intervención y el descabezamiento del organismo-, lo cual convenció al fiscal nacional a dejar sin efecto la separación de los investigadores y a presentar su dimisión.

Chávarry, quien será reemplazado de forma interina por  Zoraida Ávalos, se defendió aduciendo que desde su asunción, en julio pasado, había sido "víctima de ataques mediáticos, con falsas afirmaciones y denuncias" de parte de congresistas, organismos no gubernamentales y periodistas.

"No solamente han empañado mi trayectoria y perjudicado mi buen nombre y prestigio, sino que han logrado poner en mi contra a la población", aseguró el ex fiscal nacional tras su renuncia.