"Las inundaciones que recurrentemente sufrimos todos los veranos no son un fenómeno natural, son consecuencia del cambio climático y de que Argentina sea uno de los diez países del mundo que más deforestan. Estamos perdiendo a nuestra esponja natural por el avance descontrolado de la soja y la ganadería intensiva. Menos bosques es sinónimo de más inundaciones", señaló Hernán Giardini, coordinador de la Campaña de Bosques de Greenpeace.Un estudio del Instituto de Tecnología Agropecuaria reveló que una hectárea con bosque absorbe en una hora 300 milímetros de agua, mientras que una con pasturas 100 milímetros, y una con soja tan solo 30 milímetros. En el norte santafesino ya son más de 200 los evacuados y hay 300 mil hectáreas inundadas con cuantiosas pérdidas económicas. La provincia ya declaró la emergencia y giró partidas especiales para la zona.