El conflicto en Nordelta comenzó a mediados de noviembre pasado, cuando un grupo de empleadas domésticas denunció la discriminación que sufrían de parte de sus empleadores. Los vecinos de la ciudad-pueblo ubicada en el Tigre presentaron firmas ante MaryGo, la empresa de combis que llega al barrio, para no viajar junto con las trabajadoras, al mejor estilo del apartheid. Las mujeres aseguraron que deben esperar a vehículos destinados especialmente para ellas, que demoran en llegar más de 40 minutos, y que llegan atestados de pasajeros, ya que no les permiten subir en las combis en las que viajan los vecinos. 

“Compañeras han escuchado a sus patronas decir que no querían viajar con nosotras por nuestra forma de vestir, porque hablamos mucho de nuestra vida cotidiana, porque algunas hablan guaraní y porque tenemos mal olor”, denunció en su momento Marta, una empleada doméstica, a PáginaI12. Las trabajadoras que dieron su testimonio prefieren reservar sus identidades por miedo a perder el empleo. A Nordelta sólo ingresan combis de la mencionada empresa. Las combis internas hacen un recorrido que va desde el centro del complejo hasta la ruta 197, donde las trabajadoras toman los colectivos de línea para ir a sus casas. 

El reclamo, que fue reflejado en este diario en una serie de notas, derivó en un planteo para que ingrese el transporte público al barrio, tuvo eco en el municipio de Tigre, porque el intendente Julio Zamora presentó en el Concejo Deliberante local un proyecto de ordenanza para que la línea de colectivos 723 desvíe su recorrido y circule por la avenida interior que atraviesa la ciudad-pueblo. Las trabajadoras habían denunciado, incluso, que los vecinos pidieron que no las dejen viajar en las mismas combis que ellos porque además de hablar mucho “tienen mal olor”, lo que da una idea muy concreta sobre el nivel al que llega la discriminación. Marta, la primera denunciante, trabaja en casas de Nordelta desde hace más de diez años. Recordó que en las combis los vecinos “ponían bolsos o mochilas para que no nos sentemos a su lado”.