Donald Trump aprovechó su cuenta de Twitter para referirse al cierre parcial del gobierno, que ya llegó a  22 días, una cifra record. El presidente norteamericano aseguró que evalúa declarar la emergencia nacional para así poder sortear al Congreso y aprobar él mismo los fondos necesarios para la construcción del muro en la frontera con México.

"Hay que entender que gané las elecciones y prometí seguridad para el pueblo estadounidense. Parte de esa promesa era un muro en la frontera sur. ¡Las elecciones tienen consecuencias!", escribió el mandatario en la red social. Trump insistió en que hay una “crisis humanitaria masiva” en la frontera sur y que está “listo para firmar” la orden para edificar el controversial muro.

"Los demócratas podrían resolver el cierre parcial en 15 minutos", lanzó Trump en Twitter, al tiempo que instó a sus seguidores a que llamen a los representantes y senadores demócratas. Hace tres días, las negociaciones con la oposición para poner fin al cierre se estancaron y desde entonces no se vislumbra que pueda haber un acuerdo. "Estaremos así hasta que los demócratas vuelvan de sus 'vacaciones' para trabajar. ¡Estoy en la Casa Blanca listo para firmar!", advirtió el mandatario.

En el medio, hay una disputa por 5700 millones de dólares que el magnate republicano solicitó al Congreso para poder erigir el muro, su más polémica promesa de campaña en 2016. Trump aprovechó para tirar cifras por la red social. Aseguró que “el 23 por ciento de los presos federales son inmigrantes ilegales” y que “los arrestos fronterizos han sido de 240 por ciento”.

También tuiteó que “en el gran estado de Texas, entre 2011 y 2018, hubo un total de 292 mil crímenes por extranjeros ilegales, 539 asesinatos, 32 mil asaltos, 3426 asaltos sexuales y 3 mil cargas de armas”, como forma de instaurar el miedo y así darle fundamento al muro. Trump visitó en la semana la frontera, tras el cese de las negociaciones, y mantuvo la postura que hoy volvió a expresar.

En otro orden, Tump se volvió a desligar de la trama rusa y la investigación que busca dilucidar si el Kremlin intervino en las elecciones presidenciales de 2016. “He sido mucho más duro con Rusia que Obama, Bush o Clinton. Tal vez más duro que cualquier otro presidente. Al mismo tiempo, y como he dicho a menudo, llevarse bien con Rusia es algo bueno, no una mala cosa”, apuntó en Twitter para desligarse de cualquier vínculo con Moscú. Reivindicó haber echado al jefe del FBI, James Comey y definió esa decisión como “un gran día para América”. También calificó a Comey como “un corrupto” que “es protegido por su amigo Robert Mueller”, el fiscal especial encargado de investigar la posible injerencia rusa.

De este modo, Trump se quiso despegar de la noticia difundida por el New York Times, según el cual el FBI abrió una investigación para saber si el presidente trabajó en contra de los intereses norteamericanos al echar de su cargo a  Comey en mayo de 2017. El hasta entonces jefe del FBI, nombrado en 2013 por Barack Obama, había estado en el centro de la polémica por la investigación sobre los correos electrónicos de Hillary Clinton, quien utilizó un servidor privado mientras fue secretaria de Estado. El FBI desistió de presentar cargos contra ella. 

“James Comey fue despedido porque es politiquero partidista, y su segundo Andrew McCabe, que estaba a cargo en ese momento, es un conocido mentiroso despedido por el FBI. A diferencia del presidente Obama, que dejó que Rusia y otros adversarios extranjeros empujaran a Estados Unidos, el presidente Trump ha sido realmente duro con Rusia”, dijo por su parte la vocera de la Casa Blanca, Sarah Sanders. "Todos querían que echara a Comey, tanto republicanos como demócratas", cerró Trump.