La respuesta del Gobierno frente al brote de hantavirus que atraviesa el país, y que ya produjo doce muertes en diferentes localidades, la mayoría en Epuyén, sigue cosechando críticas por la falta de medida de prevención. Las últimas apuntaron contra el degradado ex ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, ahora convertido en Secretaría, que conduce Sergio Bergman, por no haber aplicado protocolos de estudio y análisis de la población de los roedores que transmiten el virus hanta.

“No puede ser que la Secretaría no ponga a disposición biólogos que estudien la dinámica de la población de estos roedores. No puede haber un grupo multidisciplinario sin estos biólogos. Si no me quieren a mí que llamen a otro”, se indignó Guillermo Andrés Varela, experto en la dinámica de población de roedores, con especialidad en trabajo de campo, que hasta 2016 coordinó un programa en el ámbito de la Secretaria de Ambiente y fue despedido por la gestión de Bergman.

Varela denunció la ausencia del secretario Bergman ante el brote de hantavirus como “incumplimiento de deberes de funcionario público”. “¿Dónde está? Por ley su cartera debería actuar y colaborar con la Secretaría de Salud con acciones preventivas ante las emergencias naturales y catástrofes climáticas. Es notable la ausencia del Ministerio de Ambiente frente a este brote”, criticó el especialista.

La crítica del investigador se centran en la falta de estudio del vector que transmite el hantavirus, las llamadas “causas” del brote y no tanto las consecuencias, y en la necesidad de “respuestas clínicas y de tratamiento” que ahora debe dar la Secretaría de Salud.  

“Se sabe que hay al menos cuatro sepas del hantavirus, en al menos cinco lugares de la Argentina, que se transmite por distintos ratones. Pero no tenemos idea de cómo han ido evolucionando estos ratones a partir de 2015, cuando desarticularon todos los programas y ya no hay biólogos en estas mesas disciplinarias”, advirtió el investigador, quien trabajó durante 15 años en el antiguo ministerio como responsable del programa Trabajo y Desarrollo Sustentable.

Varela diferenció el trabajo del Instituto Malbrán que, con infectólogos y médicos, se dedica al análisis de la cepa y de los tratamientos. Según su crítica, la Secretaría de Ambiente debería aportar especialistas que estudien la dinámica de la población de ratones, su alimentación, su reproducción y su movimiento en diferentes zonas del país. “No se sabe absolutamente nada de esto y lo importante es entender cómo se está moviendo esta población”, agregó.

“La estigmatización que están haciendo con el pueblo de Epuyén es terrible. Pero si no estudian el ratón, ¿cuál es la solución? Van a aislar a Epuyén y después a Chubut. Después van a decir que no se puede ir a la Patagonia”, ironizó el investigador.