"Reconocemos a la Asamblea Nacional como la única institución legítima en Venezuela, elegida democráticamente por el pueblo." La afirmación del presidente Mauricio Macri sobre la crítica situación política que enfrenta el país bolivariano no es una simple referencia de la campaña electoral sino una réplica textual de la postura de los funcionarios de más alto rango de la Casa Blanca respecto de Venezuela. Las palabras de Macri durante la conferencia bilateral que dio con el ultraderechista Jair Bolsonaro —quien llegó a considerar en campaña una invasión militar al país caribeño— replican los argumentos dados ayer por el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, quien se comunicó directamente con el titular de la Asamblea, Juan Guaidó. En tanto, el asesor de seguridad de la Casa Blanca, John Bolton, expresó casi en simultáneo a la reunión bilateral el pedido de respaldo de las Fuerzas Armadas de Venezuela a Guaidó. En tanto, el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, pronunció el apoyo al gobierno de Nicolás Maduro, mientras que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, recibió al canciller venezolano.     

Macri calificó este mediodía a Maduro como "un dictador que intenta perpetuarse en el poder mediante elecciones ficticias" y aseguró que no aceptará "la 'victimización' de quien en realidad es un victimario". Bolsonaro —quien durante la campaña presidencial jugó con una posible invasión militar al país vecino— acompañó los dichos de Macri y sostuvo que existirá cooperación "en defensa de la libertad y la democracia en la región". La alianza entre Argentina y Brasil en contra de Venezuela es una constante desde la asunción de Cambiemos, y fue reivindicada días antes de la asunción de Maduro, cuando ambos países junto a otros 11 que integran el Grupo de Lima —formado en 2017— fueron los primeros en no reconocer su presidencia. 

Esa declaración del Grupo de Lima, que fue rechazada en soledad por México, gatilló una serie de pronunciamientos con Estados Unidos a la cabeza, respaldado también por la Unión Europea, para desconocer la legitimidad del segundo mandato de Maduro, obtenido por elecciones en las que la oposición decidió no participar y el Estado no aceptó veedores internacionales. La última acción impulsada por el gobierno argentino fue a través de sus parlamentarios del Parlasur que con el respaldo de legisladores de Brasil, Uruguay y Paraguay pidieron desconocer la investidura del mandatario bolivariano. 

En Venezuela la oposición que controla la Asamblea Nacional dio el paso fronteras adentro al declarar como "usurpador" a Maduro y nombrar al titular del Parlamento, el opositor Juan Guaidó como autoridad interina, de acuerdo a la interpretación de un artículo de la Constitución. Con él se comunicó el vicepresidente de Estados Unidos vía telefónica para reconocerle su "valiente liderazgo" y prometerle el "firme apoyo" del presidente Donald Trump para "construir unidad entre los grupos políticos" hasta que "se restablezca la democracia". 

Tras la llamada de Pence, y en paralelo a las declaraciones de Macri, el asesor de seguridad de la Casa Blanca se encargó de reforzar la postura de la gestión Trump: "La Asamblea Nacional es la única entidad gubernamental legítima y democráticamente elegida en Venezuela, y los Estados Unidos apoyan sus importantes decisiones. Instamos a todos los líderes venezolanos, incluidos los militares, a defender el estado de derecho y el orden constitucional."

Bolton visitó a Bolsonaro a fin de noviembre, un mes después de resultar electo en el ballottage, y anticipó la visita del secretario de Estado, Mike Pompeo, que estuvo en Brasilia para la asunción del presidente brasileño y luego realizó una gira latinoamericana con Venezuela como eje de la política internacional. "No conforme con liderar un criminal bloqueo económico y una operación de agresión internacional contra Venezuela, ahora promueve descaradamente un golpe de Estado", denunció hoy a Pompeo el canciller de Maduro, Jorge Arreaza. 

Arreaza viajó a Nueva York para reunirse con el secretario general de la ONU para denunciar "el Golpe de Estado en marcha y la permanente injerencia de Estados Unidos en los asuntos internos de Venezuela". "Desde hace cinco años hay una permanente intromisión del gobierno de Estados Unidos en los asuntos internos. Venezuela vive un bloqueo económico, el sistema financiero internacional toma distancia por miedo a las medidas coercitivas unilaterales, es una persecución", denunció Arreaza. 

El llamado de Bolton, "incluido a los militares", además de recordar el respaldo norteamericano a las dictaduras militares e incursiones armadas en toda Latinoamérica, replica las propias palabras de Guadió, quien convocó a la sociedad y a los militares al proclamarse como la autoridad interina del país, de acuerdo a la interpretación de los artículos 333, 350 y 233 de la Constitución. Incluso, la Asamblea Nacional votó ayer una Ley de Amnistía  para funcionarios civiles y militares que "colaboren en la restitución del orden constitucional". 

La declaración de Amnistía votada por el Parlamento obligó al vicepresidente de la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano,  a salir a aclarar que "no se está propiciando un golpe de Estado" y argumentó que se trata de "una respuesta constitucional y política por parte del sector militar". La norma les promete a los militares que intervengan en la considerada "restitución democrática" un futuro "reconocimiento de todas las garantías de reinserción". 

El ministro de Defensa del gobierno bolivariano, Vladimir Padrino López, volvió a asegurar que las acciones del Parlamento constituyen una "burla" a la Carta Magna. "Estamos dispuestos a morir, como lo hemos jurado, para defender esa Constitución, ese pueblo, esas instituciones y a Maduro como magistrado supremo, presidente constitucional", sentenció.

El otro respaldo para Maduro llegó desde Rusia. El ministro de Exteriores Lavrov calificó de "muy alarmantes" las declaraciones sobre intervenciones militares y el respaldo de Washington al titular de la Asamblea Nacional. "Nuestra postura consiste en que es necesario evitar todo tipo de injerencia en los asuntos internos de los Estados soberanos", sostuvo Lavrov y denunció que los esfuerzos para establecer un diálogo entre la oposición y el gobierno de Venezuela no llegan a concretarse debido a la "intransigencia de la oposición, influenciada desde el exterior, ante todo desde Estados Unidos".

El respaldo de Lavrov al gobierno de Maduro fue pronunciado durante una conferencia de prensa en la que se informaba la fallida reunión hecha en Ginebra con los diplomáticos enviados por Estados Unidos para intentar encausar la renegociación del tratado nuclear entre ambos países. El pacto que elimina la producción de armas nucleares de largo y mediano alcance fue firmado por Mijail Gorbachov y Ronald Reagan y está puesto a revisiones desde entonces. Ambos países cruzan acusaciones de violar el tratado y la gestión Trump anunció el 4 de diciembre pasado que está dispuesto a suspenderlo. Lo que ubica al país caribeño como otro centro de disputa entre las dos potencias.