Cuando el diario con mayor tirada del estado de Maine anunció que eliminaría su sección de reseñas de libros locales (sobre Maine o de autores de Maine), ¡cantidad! de escritores pusieron el grito en el cielo; pero uno en particular –ducho en cosechar gritos él mismo con sus horríficas historias de terror– logró que el Portland Press Herald se echara atrás. Fue Stephen King el héroe de ocasión, vecino de la región, vitoreado por lanzar a la web tuits que hicieron que el periódico considerara revertir la decisión. Una decisión que, en palabras del creador de Cementerio de animales, dejaría “sin dinero para comprar ni pan ni leche a los periodistas freelance que mayormente escriben los comentarios literarios locales”. Claro que la trama se complejiza: acabó atrapado el don en un truco de marketing, protagonista involuntario de una triquiñuela publicitaria. Sucede que ante la muy pública queja del papá de Carrie e It, raudamente respondió el diario con contrapropuesta: si King lograba que 100 personas se suscribieran a la publicación, reinstalarían la recortada sección. “¿Chantaje?”, replicó el famoso varón, que igualmente instó a sus seguidores a seguirle el tren al Portland Press Herald, logrando que en apenas 48 horas no una centena sino dos acabara abonando la suscripción al periódico. Periódico que, colmo del oportunismo, instaló como código de promoción, de descuento, las palabras “Carrie” y “King”. “Es una historia de Stephen King, pero con final feliz”, expresó sin pruritos Lisa DeSisto, directora ejecutiva de MaineToday Media, conglomerado que publica el mentado diario; y, más desfachatada aún, agregó que “esta propuesta para nuevos lectores es terroríficamente buena”. Independientemente del ardid, logró el afamado escritor que la sección siga en autos, y sin comerla ni beberla, sumó lectores al diario. Nada mal para un esfuerzo mínimo, limitado a un par de tuits.