La Cámara Federal revisará la detención del ex ministro de Hacienda de Santa Cruz, Juan Manuel Campillo, el único arrepentido en la causa de (las fotocopias) de los cuadernos al que el juez Claudio Bonadio le negó la excarcelación. Su defensor oficial, Gustavo Kollmann, reclamó ayer que sea liberado con un escrito crítico respecto de la decisión del juzgado, contrapuesta a la de la fiscalía que consideraba que no había razones para la detención. Campillo declaró acerca de supuestas maniobras de lavado y reestructuración de sociedades y propiedades de Daniel Muñoz, fallecido secretario de Néstor Kirchner, en Estados Unidos. Su confesión condujo a la detención de Isidro Bounine, ex secretario de Cristina Kirchner y a una serie de medidas que estarían en trámite. Bounine negó relación con esos negocios y permanece detenido.

Bonadio le negó la excarcelación a Campillo con el argumento de que podría entorpecer medidas en pleno trámite. Hasta ahora único arrepentido que no había recuperado la libertad era el ex secretario de Obras Públicas, José López, pero se debe a que está detenido por otras causas. El defensor del ex funcionario santacruceño sostuvo que según las constancias de la causa “la libertad de mi defendido jamás conllevaría una potencial materialización de los riesgos procesales” (…) “nada más alejado de la realidad”. “Llama la atención que se considere que persisten los riesgos procesales de un individuo que voluntariamente aportó elementos de interés para la pesquisa”, subraya. “Parece absurdo considerar que un individuo que solicita acogerse al régimen del imputado colaborador, celebra un acuerdo con el fiscal con todas las garantías y obligaciones que le impone ley, que es formalmente tenido en tal carácter a partir de la homologación judicial de dicho pacto, pretenda entorpecer la investigación. Cabe preguntarse, ¿colabora o entorpece?”, insiste el texto.

Otros argumentos que añadió Kollmann son que el juez no puede contradecir a la fiscalía con el actual código acusatorio vigente; tampoco puede ser argumento la pena en expectativa por los delitos en juego y, aún así, como imputado colaborador la pena podría ser drásticamente menor; no tiene antecedentes penales; su madre está bajo su cuidado; “su vinculación con los hechos es absolutamente secundaria y ni siquiera nos encontramos en condiciones de señalar que es constitutiva de reproche penal”.

De Campillo, al igual que de Bounine, en Tribunales esperaban que generaran un escenario que complicara a la ex presidenta. Pero esto por ahora no sucedió. El relato de Campillo está vinculado con maniobras de Muñoz, su viuda Carolina Pochetti y su entorno, y el de Bounine tampoco respalda la descripción de aquel. Negó haber intervenido en la trama de supuesto lavado y rechazó haber recibido un pago de 230 mil euros por intervenir como una especie de asesor en la ingeniería societaria que querían rearmar en Miami y Nueva York, con venta de inmuebles y sociedades. Reconoció contactos pero dijo que Campillo lo buscó a él para acercarse a la ex presidenta. Habrá  que ver cómo sigue todo, en especial después de los más de 80 operativos ordenados por Bonadio en empresas que tuvieron contratos de obra pública.