El Ejército de Liberación Nacional (ELN) reconoció la autoría del atentado contra la Escuela de Cadetes de la Policía colombiana que el jueves pasado causó 21 muertos y 68 heridos. El grupo guerrillero sostuvo que se trató de un ataque "lícito dentro del derecho de la guerra" ya que "no hubo ninguna víctima no combatiente" y apuntó contra el presidente Iván Duque por no dar "dimensión necesaria al gesto de paz" que el ELN declaró entre el 23 de diciembre y el 3 de enero.

El comunicado del ELN, publicado en el portal "Voces" de la organización guerrillera, sostiene que el gobierno de Duque aprovechó el cese al fuego declarado a fines del año pasado "para avanzar las posiciones de sus tropas de operaciones" y, en ese contexto, describe el ataque a la Escuela de Cadetes, ubicada al sur de Bogota, como un acto "lícito" por ser contra una "una instalación militar", donde se forman oficiales "que luego realizan inteligencia de combate, conducen operaciones militares, participan activamente en la guerra contrainsurgente".

El jueves pasado una camioneta cargada con 80 kilos de explosivos estalló frente a la escuela de la Policía Nacional, dejando 20 muertos y 68 heridos entre los futuros oficiales, además del conductor de la camioneta, quien fue identificado como José Aldemar Rojas Rodríguez, de 56 años. Un día después, la Fiscalía General y el Ministerio de Defensa señaló a Rodríguez como integrante del ELN, lo que motivó que el presidente Duque reordene las capturas sobre los diez integrantes de la guerrilla que conforman el grupo de negociaciones de paz, abiertas en Cuba por el expresidente Juan Manuel Santos. 

"Pactar un cese bilateral para generar un clima favorable a los esfuerzos por la paz", volvió a pedir el ELN en el comunicado publicado esta mañana, a cuatro días del atentado, que generó ayer una masiva movilización en el centro de Bogotá, con la participación del propio Duque. 

El presidente de centroderecha cortó los diálogos de paz con el ELN desde agosto pasado, cuando les exigió que para seguir adelante debían liberar a todos los secuestrados y cesar con el resto de los ataques y actos criminales. A pesar de los pedidos de la oposición y de la exguerrilla FARC, conformada en partido político con representantes en el Congreso, Duque encontró en el atentado las razones necesarias para poner fin al modelo de negociación abierta por Santos que logró el desarme de la guerrilla más grande del país. 

"Tenemos el corazón arrugado pero también tenemos el deseo de honrar a estos héroes y honrar su memoria significa rechazar la violencia, rechazar el terrorismo y unirnos como país", sostuvo ayer Duque durante la movilización hecha en Bogotá. Además del presidente junto a su familia, de la manifestación participaron otros funcionarios de gobierno y la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, quien marchó con una remera que llevaba la leyenda: "Yo soy policía". Tras la marcha, se registraron denuncias de ataques de los seguidores del presidente a personas que se unieron a la movilización para criticar también las políticas de militarización del delfín del expresidente Álvaro Uribe, férreo opositor de las negociaciones de paz. 

El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, adelantó el fin de semana que no responderá de manera lineal al pedido de Duque para recapturar a los guerrilleros sino que activará los protocolos del Diálogo de Paz acordados entre el Gobierno colombiano y el ELN, incluido el Protocolo para el caso de ruptura de la negociación y abrirá una ronda de consultas con los países garantes del proceso: Chile, Venezuela, Brasil y Noruega. 

"Pienso que debemos salir a marchar por los 20 muchachos policías asesinados, por los 566 líderes sociales también asesinados desde 2016 y contra todo tipo de violencia. Un país marchando por la paz", resaltó la dirigente Piedad Córdoba, protagonista de las primeras negociaciones con las FARC, e insistió en un mensaje directo a Duque: "Por favor tome nota, la mayor parte de las consignas y pancartas de las marchas en todo el país son alusiones a la paz".