“Déjennos disfrutar la tranquilidad cambiaria de estas semanas. En el segundo trimestre vamos a estar más cerca de pensar esos problemas (de la inestabilidad de la divisa)”. Lo dijo el vicepresidente del Banco Central, Gustavo Cañonero, en la conferencia de prensa en la que se presentó el informe de política monetaria. Fue la respuesta del funcionario a la elevada amplitud de la banda cambiaria y la estrategia que implica que el dólar puede subir un 30 por ciento sin que haya intervención oficial. Cañonero reconoció que en la entidad se siguen de cerca distintas tensiones financieras pero que están conformes con los resultados del plan anunciado en octubre. El presidente del Central, Guido Sandleris, no participó de la presentación del documento porque se encuentra junto al Ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en el evento de Davos (ver aparte). 

La lectura del Banco Central es que el programa monetario de emisión cero y bandas cambiarias permitió controlar las volatilidad financiera del 2018. El vicepresidente de la entidad aseguró que las preocupaciones del mercado respecto del plan fueron perdiendo peso con el correr de los meses. Cañonero mencionó que el stock de pasivos monetarios del organismo no creció al ritmo vertiginoso que se había estimado en algunos informes de la city porteña. Mostró que la deuda en letras en pesos de corto plazo se encuentra en niveles similares desde octubre. Se debe a que las Lebac fueron reemplazadas en los últimos meses del año pasado por las Leliq (letras con los bancos). Lo que no mencionó es que las Leliq tienen una tasa que duplica a la que tenían las Lebac a mitad del año pasado y que esta deuda tiene un vencimiento a un plazo mucho más corto. Las Leliq se emiten a 7 días y las Lebac se colocaban a mínimos de un mes (e incluso una porción de esos títulos estaba colocada a tres meses).

La inflación fue otro de los temas que concentró la atención de la autoridad monetaria. “Queremos resaltar que los desafíos son múltiples y complejos y que va a llevar mucho tiempo bajar la inflación en este país”, dijo Cañonero. Planteó que se va a requerir “disciplina, perseverancia y paciencia”. El funcionario remarcó que “la inflación está empezando a bajar, en la medida que aumenta la demanda de dinero”. Los precios en los últimos dos meses mostraron cierta moderación respecto de octubre pero igual subieron por encima del promedio mensual de los últimos diez años. El proceso inflacionario no se encuentra controlado y en los primeros meses de este año puede haber rebote de los precios por el impacto de las tarifas de los servicios públicos.

Los consultores que participaron del evento aseguraron que en los próximos meses la estabilidad cambiaria puede mantenerse. Las tasas de interés elevadas, indicaron, son un elemento clave para contener la volatilidad de la divisa, aunque la contratara es el fuerte sacrificio en términos de actividad económica. Adelantaron que los datos de diciembre pueden dar baja del Producto cercana al 7 por ciento interanual. El panorama de los economistas es que hasta mitad de año la divisa puede continuar calmada, pero a partir de ese momento las encuestas definirán el ritmo de la fuga de capitales. En un escenario en que la economía siga sin recuperar dinamismo y el oficialismo no encuentre el nivel de votos necesarios para continuar otro mandato, la salida de dólares (o la caída de demanda de pesos) puede volver a generar fuerte inestabilidad cambiaria.