La jornada en Comodoro Py estuvo ayer plagada de expectativas sobre la concreción de un largo proceso de operaciones de inteligencia alrededor de la causa de las fotocopias de los cuadernos. Primero se mencionó que un ex secretario de los Kirchner, Isidro Bounine, declararía como arrepentido, pero más tarde hubo un giro en las expectativas y quien apareció en el edificio de Retiro fue Carolina Pochetti, la viuda de otro ex secretario, Daniel Muñoz, fallecido en 2016. El centro de las esperanzas de la fiscalía y del juzgado es que alguien, cualquiera, diga que los bienes que le encontraron a Muñoz en Estados Unidos tienen relación con Cristina Kirchner. Pochetti decepcionó las ansias oficialistas y volvió al penal de Ezeiza sin declarar como arrepentida, aunque todo indica que el trato se cerrará tarde o temprano. Es que el gran problema del expediente es que no se encontró ni un testigo, ni siquiera un arrepentido, que haya visto o tenga algún elemento de vinculación de CFK con el supuesto dinero consignado en las fotocopias. Tampoco le encontraron a la ex presidenta ni cuentas ni sociedades en el exterior ni bienes no declarados. 

  • Esperanzas. La excitación empezó ya al mediodía. Un tweet de Diego Cabot, el periodista de La Nación que puso en marcha la causa de las fotocopias sentado en una confitería con el fiscal Carlos Stornelli. Cabot se despachó con un tweet eufórico: “Podría ser un día crucial en Comodoro Py. No digo que un jaque mate, pero mirás de reojo al rey”. O sea, se venía una jugada decisiva. Todas las miradas se posaron entonces en Bounine, sobre quien se vienen tejiendo especulaciones de que sería el que iba a tender un puente entre el expediente de las fotocopias, CFK y los supuestos bienes de Muñoz en Miami. La trama –mencionada por el periodista Carlos Pagni– consistía en que otro arrepentido, Juan Manuel Campillo, ex ministro de Hacienda de Santa Cruz, apuntaría a Bounine y éste diría algo sobre la relación de Cristina con el dinero de Muñoz. Todo supuestamente operado por Santiago Blanco Bermúdez, abogado de Jaime Stiuso, ex jefe de Operaciones de la SIDE. La versión de Pagni consignaba que iba a ser un armado sobre la base de mentiras. La esperanza del bloque judicial-político-mediático de Comodoro Py es que eso lleve a un nuevo pedido de prisión por parte del juez, la insistencia ante el Senado por el desafuero y luego la aplicación del modelo Lula: sacar a CFK de la carrera presidencial. 
  • No arrepentido I. Con el correr de las horas, el abogado de Bounine, Diego Richards, dejó en claro que su cliente no tiene de qué arrepentirse y que no va a declarar en esa calidad. Bounine dijo que nunca tuvo relación con los bienes de Muñoz en Estados Unidos, que es mentira que le haya pagado 230 mil euros a Campillo por un asesoramiento relacionado con sociedades en Estados Unidos y aseguró que no tiene cuentas ni bienes en el exterior. Estuvo en Miami pero por un viaje familiar, no por gestiones o negocios.

Campillo dijo que “los secretarios nunca dejan de ser secretarios” y entonces hablando de que Bounine le preguntó sobre sociedades en Estados Unidos, tácitamente estableció el vínculo de Bounine, Cristina y los bienes de Muñoz. Todo eso es lo que negó el ex secretario: “No tengo por qué arrepentirme de algo que no hice”. La versión de Bounine es que Campillo lo llamó una sola vez porque quería acercarse a Cristina, pero la gestión no prosperó. Se ve en la declaración de Campillo cierto odio a la ex presidenta, tal vez porque nunca lo atendió. 

  • No arrepentido II. Caída la alternativa Bounine, apareció en escena Carolina Pochetti, la viuda de Muñoz. La mujer dejó a su defensor particular, Miguel Angel Plo, ahora también imputado, y anunció que recurriría a un defensor oficial. Todos apostaban a que tomaría esa defensa Gustavo Kollmann, quien ya cerró varios acuerdos de arrepentimiento con la fiscalía. Sin embargo, Kollmann sostuvo que había intereses contrapuestos entre Pochetti y alguno de sus defendidos, por lo que quedó a cargo de la defensa de la viuda de Muñoz otro defensor público, Juan Martín Hermida. Pese a las expectativas, finalmente Pochetti volvió al penal de Ezeiza sin pasar por la oficina del fiscal a cargo, Carlos Rivolo. El rumor es que la operación se concretará en los próximas horas.
  • Dinero. Las sospechas sobre Muñoz aparecieron a raíz de la filtración conocida como Panamá Papers. Allí su nombre apareció vinculado a sociedades en paraísos fiscales, en especial, Andorra. Según las investigaciones de Comodoro Py, desde las sociedades de Andorra se transfirieron fondos hacia La Florida donde se adquirieron propiedades. Todo eso se le adjudicó a Muñoz, aunque no está claro si los fondos eran de él o de cuevas cambiarias de Mar del Plata que operaron para Muñoz y para otros. Este diario intentó comunicarse en numerosas oportunidades con la defensa de Muñoz-Pochetti, pero nunca obtuvo respuesta.

En el expediente, Muñoz aparece mencionado como un personaje central, en un circuito de cobros de coimas en el que también juegan papeles clave José López y el financista Ernesto Clarens. En los textos supuestamente escritos por el chofer Oscar Centeno, se consigna que Muñoz recibía dinero en el departamento de los Kirchner en la calle Uruguay, aunque ese punto está en duda: el encargado del edificio afirma que Muñoz iba, por lo general, una vez por mes a la calle Uruguay a retirar las facturas de servicios y las cartas, algo que no se condice con lo que afirman los arrepentidos. Sin embargo, la versión de que Muñoz recibía dinero allí bastó para involucrar a CFK como jefa de la asociación ilícita. El mismo encargado declaró que ni Cristina ni Néstor Kirchner fueron nunca al departamento de la calle Uruguay durante los 12 años en que gobernaron. Y Ernesto Clarens, supuesto financista de los Kirchner, declaró que nunca los vio en forma personal.

Justamente el punto flojo de toda la causa es que no tienen un vínculo contundente con la imputada que les importa, la ex presidenta. Tal vez Pochetti podría declarar lo que necesitan en Comodoro Py, pero habrá que ver las pruebas. Por lo que se sabe, las sociedades en las que aparece Muñoz tienen como única beneficiaria a su viuda y no aparece nadie con apellido Kirchner en su constitución ni como beneficiarios. Tampoco hay ningún Kirchner en las propiedades en Estados Unidos. 

Habrá que ver qué es lo que está dispuesta a decir Pochetti a cambio de la ansiada libertad. Como dicen en Retiro, ya llevan bastante tiempo –tres meses– ablandándola y haciéndole sentir “el olor a meada de los calabozos”. Por eso mantienen la expectativa. Es que ante la hecatombe económica y social, en la Casa Rosada lo que esperan es que las buenas noticias vengan de Comodoro Py.