Luego de considerar a Nicolás Maduro “un dictador” y reconocer al autoproclamado “presidente encargado” Juan Guaidó, el gobierno de Mauricio Macri siguió reclamando a través de sus funcionarios el final del actual gobierno venezolano. El canciller Jorge Faurie sostuvo que lo que están reclamando es “un proceso de transparencia y democracia”. Menos diplomática, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, arremetió: “El atropello de Maduro debe frenar”.

Macri se sumó a los países que acompañaron a Estados Unidos en el reconocimiento del titular de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente encargado de Venezuela. Faurie se ocupó de relatar la reunión del gabinete de Macri de ayer: advirtió que “se analizó la situación” de Venezuela y “las medidas y las decisiones tomadas por el gobierno argentino” para reconocer a Guaidó, y detalló que “se mantiene un contacto permanente” con el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela.

De hecho, la agencia estatal de noticias Télam destacaba ayer que Macri había tenido una comunicación telefónica con Guaidó una semana antes de que se autoproclamara “presidente encargado”. Venezuela no es solo una causa internacional: también es una herramienta de campaña para el gobierno de Cambiemos, que viene señalando desde 2015 que con el kirchnerismo “estábamos a dos materias de ser Venezuela”.

El canciller añadió que brindó “un panorama de cómo está todo” en ese país y valoró el pronunciamiento y las gestiones del Grupo de Lima, en “apoyo a la democracia” en Venezuela. Faurie fue cauto respecto de los países que se han declarado “neutrales” y de los que “apoyan” al gobierno de Maduro, y prefirió destacar los numerosos apoyos que ha tenido Guaidó como el de la Unión Europea que, apuntó, “representa a los 28 países miembros” de ese bloque. “El Grupo de Lima está para lograr que Venezuela vuelva a la plenitud democrática y que la recupere a través de elecciones, no estamos para hacer réplicas a otros países”, aseveró el ministro.

Sobre la situación de la embajada argentina en Caracas, precisó que “es de relativa normalidad dentro de todo lo que vive la comunidad venezolana”. Sostuvo que en la OEA no se tomarán en cuenta ninguno de los planteos que haga Maduro, ya que no se lo reconoce como presidente. “Hay un elemento importante ya que en el 2017 Venezuela planteó que quería apartarse de la OEA, y ahora Guaidó pidió no efectivizar ese retiro”, dijo el canciller, insistiendo en desconocerle cualquier entidad al gobierno de Maduro.

El ministro de Justicia, Germán Garavano, afirmó que es importante que “un sector muy amplio de la oposición, del Partido Justicialista, haya reconocido a Juan Guaidó como presidente de Venezuela, en consonancia con el gobierno nacional y con la democracia de la región”. Garavano aludía a los peronistas federales, como el senador Miguel Pichetto y el gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey, además de al líder del Frente Renovador, Sergio Massa. “Lamento la decisión del kirchnerismo”, se sonrió Garavano. “Los derechos humanos no pueden reconocer color ni ideología y me entristece profundamente ese esta mirada claramente sesgada e aislacionista en una sociedad que ha sufrido dictaduras”, sostuvo. En cambio, la secretaria de Lucha contra la Corrupción, Laura Alonso, no lamentó nada: festejó que el kirchnerismo denuncie un intento de golpe de Estado en Venezuela. 

Desde el Ministerio de Seguridad, Patricia Bullrich lanzó: “Desde nuestro gobierno, reconocemos a Juan Guaidó como Presidente Encargado de Venezuela. Como desde el primer día acompañamos a los venezolanos en este difícil camino hacia la recuperación democrática. El atropello del gobierno de Maduro hacia su pueblo debe frenar”.