Las cuentas públicas nacionales cerraron 2016 con un déficit primario de 4,6 por ciento del PIB, cumpliéndose de este modo con la meta de 4,8 fijada oportunamente por el Gobierno. Si se adicionan los intereses de la deuda, el déficit financiero total ascendió a 6,9 puntos del Producto. Para alcanzar estos números resultó de vital importancia el producido fiscal del blanqueo que -superando todas las expectativas- arrimó a las arcas públicas 106.796 millones de pesos, equivalentes a 1,3 puntos del PIB. Es decir, sin el impuesto especial proveniente del régimen de exteriorización los déficits primario y financiero hubieran ascendido a 5,9 y 8,2 por ciento del Producto, respectivamente. Estos resultados fueron consecuencia de una dinámica en la que los ingresos totales -sin rentas del BCRA y Anses- crecieron 34,7 por ciento anual, mientras que los gastos lo hicieron 39,3. Excluyendo los fondos del blanqueo, la recaudación exhibió una performance más desalentadora, con una suba de solo 26 por ciento en el año. Inciden aquí la caída del nivel de actividad y el cumplimiento de los compromisos de campaña, vinculados a la eliminación y/o reducción de derechos de exportación de productos primarios, la devolución del IVA, las modificaciones en el impuesto a las Ganancias para personas físicas y en menor medida los incentivos impositivos de la ley PYME.

Por el lado de las erogaciones, si bien el gasto público total creció en promedio 39,3 por ciento, se advierten comportamientos disímiles entre las distintas partidas.

Los más expansivos resultaron Intereses de la Deuda (53,3 por ciento), Subsidios al Sector Privado (56.9) y Transferencias a Provincias (44.5), aunque dentro de este rubro las transferencias corrientes crecieron 166 por ciento, en tanto que las de capital vinculadas a la obra pública cayeron 7 por ciento. Las jubilaciones y remuneraciones se incrementaron 37 y 34 por ciento, mientras que la Inversio´n Real Directa creció 22.7 con respecto al año anterior.

Esta evolución dispar contribuyó al alto grado de rigidez estructural que presenta el gasto público. Solo tres rubros de gastos corrientes - jubilaciones, salarios e intereses de la deuda- concentran el 56 por ciento de las erogaciones totales y pierde espacio la inversión pública.

A pesar del abultado desequilibrio, el programa financiero estuvo garantizado con el retorno del país a los mercados internacionales de crédito. Con el objetivo de limitar los efectos del déficit sobre la política monetaria, la estrategia de financiamiento fue redireccionada, acotando el rol protagónico del Banco Central como prestamista del Tesoro (vía emisión y reservas) y apelando a la colocación de deuda en los mercados voluntarios. En este sentido, en 2016 el tesoro ha emitido deuda en dólares por un monto total de 38.000 millones, incluyendo pago a holdouts y la emisión de letras.

Como puede observarse, aún en el marco de las previsiones oficiales, la política fiscal del pasado año implicó un leve incremento del déficit financiero total -base caja- pasando de 6,2 por ciento del PIB en 2015 a 6,9 en 2016.

Cabe destacar que el resultado aludido se alcanzó en un contexto de reducción de la elevada presión tributaria y restitución gradual de fondos pertenecientes a las provincias, en tanto que el cambio en el mix de financiamiento ha sido la modificación más relevante de la política fiscal.

Para el corriente año las estimaciones oficiales proyectan un déficit primario de 4,2 puntos del Producto, lo que representa una modesta reducción con respecto a 2016. Sin embargo, la aceleración del ritmo de pago a jubilaciones en el marco de la reparación histórica y la reactivación de la obra pública como política central en un año electoral redefinen la meta, tornándola más ambiciosa.

Si bien el déficit permanecerá elevado en un año de importantes vencimientos de deuda, el programa financiero cerrará sin mayores inconvenientes, aunque a un costo más elevado. En lo que va de enero ya se ha colocado deuda por 13.000 millones de dólares, garantizando buena parte de las necesidades financieras para el corriente ejercicio, que ascienden a 45.000 millones de dólares.

* Investigador principal de Cippec.