Carolina Pochetti, la viuda de Daniel Muñoz, el ex secretario de Néstor Kirchner que falleció en 2016, consiguió finalmente ser aceptada como “arrepentida” en la causa de (las fotocopias de) los cuadernos, aunque no recuperó la libertad. La mujer, que lleva tres meses y medio presa, había declarado ante los fiscales y volvió a hacerlo ayer ante el juzgado. No trascendieron aún detalles de su relato, pero todo indica que uno de las consecuencias más inmediatas fue la detención de su primer abogado, Miguel Angel Plo, y del yerno de éste, Federico Zupivich. Todos estos movimientos están relacionados con un aspecto de la investigación que puso en foco en una serie de operaciones a través de una red de sociedades que Muñoz, con supuesta ayuda de su entorno, usó para comprar propiedades en Estados Unidos y sacar dinero al exterior. Lo que  no estaría claro en la investigación aún es el origen de esa fortuna ni su relación con Cristina Fernández de Kirchner, que es el principal blanco del juzgado. Por eso es tan grande la expectativa sobre los dichos de Pochetti.

La mujer pidió protección y seguridad para su familia. En los últimos días estuvo tres veces en Comodoro Py. Primero pidió pasar a ser representada por un defensor oficial, luego declaró ante Carlos Stornelli y Carlos Rívolo y finalmente lo hizo ante el juez Claudio Bonadio. Según la imputación está acusada junto con “Muñoz, Sergio Todisco, Elizabeth Municoy, Perla Aydee Puentes Resendes, Carlos Alberto Gallert y Carlos Temístocles Cortez” de haber  “conformado una estructura jurídica, societaria y bancaria en la Argentina y en el extranjero con el fin de canalizar, convertir, transferir, administrar, vender, disimular y o poner en circulación en el mercado fondos de procedencia ilícita” vinculados a la obra pública u otras contrataciones estatales e “integrarlos al circuito económico formal bajo la apariencia de licitud todo ello desde la menos 2010 y con vigencia en la actualidad”. Todisco está señalado como un testaferro clave y, según se estableció en una causa que tramita a su vez en Mar del Plata, habría sido el encargado de sacar dinero vía una cuenta en Andorra.

La expectativa de los investigadores es que Pochetti cuente de dónde salía el dinero y de quién era. Ella aparecía haciendo transacciones que no se corresponderían con su capacidad económica. Hasta ahora la cadena en cuestión llega hasta Muñoz, y –como es conocido– una fuerte deficiencia de la causa es que no hay una ruta del dinero descripta ni prueba alguna que lo vincule con CFK. Pero mientras tanto, con detenciones y declaraciones, la causa sigue proporcionado noticias y titulares. El abogado Plo ya estaba imputado, había declarado inclusive sobre una serie de viajes a Miami, que alegó haber hecho en familia, y que fue involucrado ahora por los fiscales en la ingeniería societaria y su desarmado. Quien lo había mencionado también fue otro de los detenidos, Juan Manuel Campillo, quien le habría atribuido el cobro de un millón de dólares por la venta de inmuebles. Además, señalaba el vínculo del abogado con Pochetti. Campillo también es arrepentido y al igual que Pochetti, no recuperó la libertad.  Otro de los últimos detenidos es Isidro Bounine, ex secretario de CFK, que no devino imputado colaborador.

En otra rama de la investigación fue citado a indagatoria Roberto Urquía, ex senador del Frente para la Victoria y dueño de Aceitera General Deheza, por sospechas de pagos de sobornos en concesiones ferroviarios, durante la gestión del ex secretario de Transporte Ricardo Jaime. Urquía se había asociado con Gabriel Romero, del Grupo Emepa, arrepentido en la causa, en el ferrocarril de carga Nuevo Central Argentino. Romero tendrá que volver a declarar.