La comunidad judía está a punto de retirarse de la querella penal contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el fallecido ex canciller Héctor Timerman y otros miembros del gobierno anterior por la firma del Memorándum de Entendimiento con Irán. Hoy se conoció una carta enviada por la dirigencia de la AMIA a la de la DAIA en la que reclama que la entidad judía desista de esa acusación.

La DAIA fue la punta de lanza para acusar a CFK, incluso tolerando que se la impute y procese por traición a la patria y aportando un escrito para reforzar una acusación que sólo se hizo anteriormente en 1955 contra Juan Domingo Perón. Ninguna dirigencia judía de ningún país del mundo había denunciado penalmente a la totalidad de un gobierno. La influencia para hacer semejantes acusaciones provino de alguno de los dirigentes comunitarios que se convirtieron en dirigentes del PRO, fundamentalmente el hoy diputado Waldo Wolff, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich (a través de su marido) y en menor medida los hoy secretarios de Ambiente, Sergio Bergman y, de Derechos Humanos, Claudio Avruj.

El presidente de la DAIA, Jorge Knoblovits, ya había convocado hace unos días a una asamblea de la DAIA para el 6 de mayo, en la que se discutiría el tema. Se supone que allí se votará desistir de la querella. La AMIA, dominada por el sector judío ortodoxo, sabiendo la existencia de esa asamblea, decidió primerear con un reclamo público. En los hechos, la AMIA nunca fue querellante: ese papel lo jugaron la DAIA, Wolff y los demás dirigentes del PRO.

Ahora la causa por encubrimiento en el Memorándum queda claramente debilitada. Ya fue elevada a juicio y en su momento estuvieron detenidos los dirigentes Carlos Zannini, Luis D'Elia, Fernando Esteche y Jorge Khalil. Incluso estuvo en prisión domiciliaria Héctor Timerman, lo que llevó a que Estados Unidos le quitara la visa y que se retrasara de manera decisiva el tratamiento contra el cáncer. Esteche sigue en prisión.

No es un tema menor que si los ex funcionarios fueran absueltos, algo muy probable, se iniciaría un contra-ataque con demandas civiles contra las instituciones judías. La reparación por daños y perjuicios sería importante.

“Consideramos que mantener esa querella es perjudicial para la comunidad en general y afecta en particular a la AMIA en su gestión específica”, dice la carta enviada a Knoblovits. La AMIA planteó que desistir de la querella contra Cristina Kirchner sería “reparar un grave error de la gestión anterior” y permitirá “empezar a tomar distancia de una causa que está en el centro de la famosa grieta que divide a la mayoría de los argentinos, división que por cierto no nos representa”.

La carta enviada el pasado 22 de enero lleva las firmas del vicepresidente primero de la AMIA , Ariel Eichbaum, y del secretario General: Darío Fernan Curiel. Según aclaró la Agencia Judía de Noticias, el documento no cuenta con la firma del titular de la institución comunitaria judía, Agustín Zbar, porque se encontraba en Israel para un homenaje a Nisman.

La carta de la AMIA exhibe también una feroz interna comunitaria en la que Zbar quiere copar la representación. Incluso se habla de que la AMIA quiere expulsar a la DAIA del edificio de Pasteur 633. La AMIA reporta fuertemente al rabino ortodoxo Samuel Levin, mientras que en la DAIA ganó Knoblovitz con una mirada más independiente respecto de los líderes del PRO.