La derrota de la inflación sobre los salarios impacta de frente sobre los tomadores de los créditos hipotecarios UVA. La Secretaría de Vivienda reconoció que 34 mil individuos que accedieron a los créditos indexados están en condiciones de solicitar la extensión de los plazos con los bancos. La posibilidad quedó abierta por primera vez ayer ya que, según informó el Indec (ver aparte), los salarios del sector registrado quedaron más de 20 puntos por debajo del índice de precios al consumidor.

Además de solicitar más tiempo para pagar, los acreedores cuentan con la posibilidad de “patear hacia adelante” esos pagos. La incertidumbre financiera y la corrida cambiaria llevaron al gobierno a establecer en octubre un tope de 10 puntos porcentuales al desfasaje entre las cuotas de los créditos UVA y los salarios. Así lo que queda de cuota por encima de esa diferencia se le cobrará al deudor cuando la brecha vuelva a estar por debajo de los 10 puntos. La medida fue presentada por el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, y el secretario de Vivienda, Iván Kerr.  

De esa manera, a la posibilidad de pedir la ampliación del plazo de devolución, los 34.000 pueden capitalizar la diferencia. Especialistas y tomadores de los créditos consideran que las medidas previstas son insuficientes. Desde su perspectiva la diferencia de 10 puntos es muy grande ya que además de la cuota del crédito todos los precios aumentan por encima de los salarios, como por ejemplo los servicios públicos. Existe así un fuerte deterioro en la capacidad de pago de los deudores UVA.

Desde el comienzo del repago del crédito hipotecario, las cuotas y el monto total adeudado se mueven en función de la inflación del Indec. El rasgo atractivo para el deudor era que la cuota inicial era más baja que la ofrecida a través del sistema de crédito hipotecario tradicional. El Gobierno promocionó el sistema asegurando que la inflación estaba en baja y que la economía nacional comenzaba una etapa de crecimiento. Eso llevó a que creciera el número de créditos otorgados. 

Sin embargo, la crisis cambiaria modificó todo el escenario. Ante esta situación, deudores hipotecarios comenzaron a generar espacios de reclamo que tuvieron eco en el Congreso Nacional, en donde distintos sectores de la oposición presentaron proyectos para modificar el esquema de UVA.