Una de las canciones insignias de Irreal fue “Cucarachas para el desayuno”, un extenso tema sinfónico con aires latinos compuesto por Beto Corradini. La tapa del casete que fue recuperado (hoy, tapa del CD) es una interpretación plástica del título del tema: una familia que desayuna sobre un mantel invadido de insectos. El autor del dibujo es Osvaldo Burucúa, desde hace décadas uno de los más importantes guitarristas de la Argentina. Pero en los ‘70 no tenía ni 20 años, estaba en la búsqueda y era discípulo del artista Kike Sanzol. “Kike era además baterista e ilustraba las tapas de los discos de M.I.A. Un día me hizo escuchar el casete de Irreal, y el tema de las cucarachas me inspiró para hacer un dibujo. Esa banda te partía el bocho. Más adelante Kike me contó que pensaban editar un LP y que les interesaba ver lo que había hecho. Fui a un ensayo al Teatro Lasalle, con unos nervios bárbaros: les mostré el trabajo y se coparon. Lo rehice en formato de LP, pero después tuvieron problemas con la dictadura. Ahora, de casualidad, por las redes, me enteré que sacan el material en CD.” 

En Rosario nadie recordaba de quién era el dibujo. Horacio Vargas, el editor, lo publicó en Facebook, preguntó y  Burucuá levantó la mano.

El tema tiene una letra testimonial. Corradini cuenta una anécdota tragicómica alrededor de esa letra. Cuando lo convocó la Side de San Nicolás fue con su madre, Nené Sívori, que era docente. Un oficial tenía en la mano el programa con las letras. Se detuvo en “Cucarachas...”. Corradini reconstruye el encuentro:

–Acá dice: ‘¿Dónde esta el verde mundo que nos prometieron’... ¿Quién les prometió algo?” –dijo el oficia,  arrojando el papel sobre su escritorio.

–Nosotros, claro, los padres –respondió mi madre.

El oficial la miró sin comprender. Tomó el papel otra vez y siguió leyendo:

–“Dónde está el poderoso rey del universo?”, dice acá. Ya me parecía ¡Un ateo!

–Yo diría una crisis de fe- respondió mi madre, con una media sonrisa.

–“No hay pie moral que no tenga su zapato” –leyó. 

Al no comprender la frase siguió con los restantes versos de la canción, aunque ya no demasiado seguro de lo que estaba leyendo y alterado por la calma con la que lo enfrentaba mi madre.

–Zurditos...

–Jóvenes sin experiencia, diría yo...

El diálogo continuó una hora más. “Al concluir, mi madre se retiró y agradeció el trabajo educativo que estaban llevando adelante. El oficial la miró sin entender si era sincera o simplemente lo estaba forreando”, termina el relato Corradini.

“Cucarachas para el desayuno” fue versionada en 1993 por Pilsen, la banda de Pil Trafa post Violadores. Quedó un furioso punk rock.