Mareos, dolor de cabeza, náuseas, fatiga, problemas de visión y audición, pérdida de balance e inhabilidad para concentrarse: estos son algunos de los síntomas que, desde hace más de 2 años, son reportados por diplomáticos de Estados Unidos y Canadá en Cuba. Esta semana el gobierno canadiense informó sobre la reducción de su personal diplomático en La Habana en “más de la mitad”, luego de que un nuevo funcionario contrajera esta misteriosa enfermedad. Con este nuevo caso, ya son 14 canadienses y 25 estadounidenses los que han reportado sentir los síntomas. El medio público canadiense CBC informó que solo quedarán ocho funcionarios en la embajada. Por su parte, Estados Unidos ya había recortado su personal en La Habana de más de 50 a 18. En un principio, las autoridades de Estados Unidos y Canadá habían sospechado que las lesiones cerebrales de sus diplomáticos habían sido causadas por algún tipo de arma acústica, lo que derivó en tensiones diplomáticas con el gobierno cubano. No obstante, Canadá luego afirmó que esta teoría era “poco probable”. Un informe publicado por médicos de la Universidad de Miami a fines del año pasado aseguró que los síntomas fueron reales (“La evidencia física está ahí”, dijo entonces el otorrinolaringólogo Michael Hoffe y líder de la investigación), pero que la fuente del problema es desconocida.