El Cenard no es solo un Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo, la casa de los atletas argentinos levantada en la década del cincuenta, donde se entrenan durante años, planifican sus carreras y acunan sus sueños olímpicos. El predio de Núñez se encuentra sobre la calle Miguel Benancio Sánchez, que se llama así en homenaje al atleta desaparecido durante la última dictadura cívico-militar. A la altura del 1050 está el ingreso a la que era hasta el DNU de Macri la Secretaría de Deporte. Sus oficinas conviven con la pista nacional de atletismo, el natatorio con una pileta olímpica, el complejo hotelero que suele recibir a delegaciones extranjeras, y el polideportivo León Najnudel para más de dos mil personas.

El 23 de marzo de 2012 se inauguró el tramo de Crisólogo Larralde entre Avenida del Libertador y la autopista Lugones que lleva el nombre del maratonista desaparecido. Se estableció por la Ley 3945, un proyecto de la diputada Delia Bissuti aprobado por la Legislatura porteña en homenaje al atleta tucumano que fue secuestrado por un grupo de tareas en Villa España, Berazategui, el 8 de enero de 1978. Si la dirección del Cenard es Miguel Benancio Sánchez 1050 es porque ése lugar tiene una historia vinculada a los derechos humanos. Desde ahí partió en 2001 la primera carrera que se corrió con su nombre en la Argentina gracias a la iniciativa del periodista italiano Valerio Piccioni. 

Pero el Cenard está en esa calle y también tiene una cancha de hockey sintético que se llama Adriana Acosta, en homenaje a la delantera del seleccionado argentino y de Lomas Athletic desaparecida el 27 de mayo de 1978. Su hermana menor Leticia, ex jugadora de hockey sobre césped le dijo a Página/12 lo que piensa sobre la hipotética mudanza o desaparición del Cenard: “Es un retroceso para el deporte, porque si bien me parece correcto que se use el Parque Roca, el Cenard es otro lugar, no es necesario mudarlo en su totalidad. Todo el esfuerzo que se hizo con la cancha de hockey, las piletas, la pista de atletismo sería tirado a la basura con una mudanza. Me parece ridículo. La cancha con el nombre de mi hermana podría desaparecer, aunque es obvio que al gobierno no le interesa, no tiene en cuenta una cosa así”.

En el predio del Cenard también hay una plaqueta en la entrada que se colocó como tributo a la memoria de otro deportista desaparecido, el tenista Daniel Schapira. Es demasiada la potencia de estas historias que se entrecruzan en un mismo lugar. Las de Miguel, Adriana y Daniel. Nombres que tienen su razón de ser en un prediodonde se respira deporte y no en los emprendimientos inmobiliarios que se proyectan. Mauricio Macri quisiera ver otra cosa en esas tierras muy rentables y donde se encuentra un teatro que se llama Presidente Perón con capacidad para 1.500 personas. El 2 de octubre de 2007 fue declarado monumento Histórico Nacional mediante el decreto 1272.