El ex secretario general de Interpol, el estadounidense Ronald Noble, volvió a demoler toda la acusación y la causa judicial referida al Memorándum de Entendimiento con Irán. Originalmente, Alberto Nisman basó la imputación en que el tratado tuvo como objetivo aliviar la situación de los sospechosos iraníes de haber perpetrado el atentado contra la AMIA, pero Noble ratificó ayer, por enésima vez y a través de un extenso hilo publicado en redes sociales, que nunca hubo una gestión ni del canciller Héctor Timerman ni de ningún funcionario del gobierno argentino para que se levanten o se debiliten las órdenes de captura con alertas rojas contra los iraníes. Este expediente, el del Memorándum, es el que produjo la feroz interna entre la AMIA y la DAIA y Noble dejó otra vez en evidencia que se trata de una causa política, que no tiene nada que ver con la realidad. Está en marcha una sórdida maniobra para evitar que quien fuera titular de Interpol a lo largo de 14 años declare en el juicio sobre el Memorándum porque todos saben que demuele la acusación.

En su cuenta de Twitter, Noble arrancó con una cita del Premio Nóbel de la Paz Elie Wiesel, el escritor que estuvo en los campos de concentración del nazismo. “Debemos tomar partido. La neutralidad ayuda al opresor, nunca a la víctima. El silencio alienta al torturador, nunca al atormentado. A veces tenemos que intervenir”. De esta manera, Noble explica por qué no se queda callado en el caso del Memorándum. Un dato notable es que Elie Wiesel estuvo en la Argentina en 1979, invitado por el rabino Marshall Meyer. En aquella oportunidad tuvo la valentía de abogar por la libertad de Jacobo Timerman, el padre de Héctor Timerman, el ex canciller recientemente fallecido e imputado en esta causa y a quien Noble defiende. 

El hilo de Twitter del ex titular de Interpol sigue con una fuerte y novedosa afirmación: “Yo, Ronald K. Noble nunca solicité inmunidad, y no necesito inmunidad para declarar que ni Héctor Timerman ni ninguna persona del gobierno de Argentina, solicitó nunca que las notificaciones rojas de Interpol fuesen retiradas o suspendidas”. El punto llamativo es que Noble dice que no necesita de la inmunidad que le da ser el ex titular de Interpol, inmunidad que tienen los funcionarios de organismos internacionales como las Naciones Unidas, Unicef o Interpol. Es más, la propia Interpol había hecho saber que Noble tiene inmunidad y que para que sea testigo se necesita la autorización de la central de Lyon. Interpol de ninguna manera afirmó que no autorizaría la declaración de Noble, sino que pidió se le remita el cuestionario por escrito, como se hace con diputados y senadores.

Noble cita documentación categórica. Relata que ya certificó en marzo de 2013 que las capturas con alertas rojas permanecerían inalteradas. Fue una certificación emitida un mes y medio después de firmado el Memorándum y mucho antes del tiempo en que estaba previsto que el tratado entrara en vigencia. Eso se ratificó en mayo y noviembre de ese mismo año mediante sendos comunicados de prensa. La postura fue otra vez confirmada en la asamblea general de Interpol de noviembre de 2014. Recuerda Noble que al día siguiente de la denuncia de Nisman, el 16 de enero de 2015, el histórico titular de Interpol le envió un mail a Timerman declarando que nunca el ex canciller ni ninguna autoridad argentina hicieron gestiones de ningún tipo para que se levantaran las alertas. En esa oportunidad, Noble recuerda que dio entrevistas a PáginaI12 y The Wall Street Journal, reiterando lo afirmado anteriormente. “He tuiteado una y otra vez para refutar las conclusiones erróneas y sesgadas dadas por el juez Bonadio en su informe acusatorio y para criticar los falsos y engañosos informes de Clarín sobre las notificaciones rojas”, agregó Noble ayer.

Finalmente, el ex funcionario detalló: “Presenté una petición formal a la Corte argentina ofreciendo dar testimonio que demostraría que ni Timerman, ni ninguna persona de Argentina, solicitó nunca que se retiraran o suspendieran las notificaciones rojas de las órdenes de captura. Héctor Timerman, un inocente y dedicado funcionario argentino, murió sin que se le diera la oportunidad de limpiar su nombre y argentinos inocentes permanecen injustamente encarcelados, privados de su libertad, familia y seres queridos”. 

En estos días está en marcha una maniobra destinada a impedir que Noble declare en el juicio por el Memorándum con Irán. En su origen, la DAIA quiso ser querellante en la causa, para lo que se presentó el ex titular de la organización Ariel Cohen Sabban. El juez Bonadio le dijo que tenía que exhibir un poder de la asamblea de la DAIA para tener ese carácter. Cohen Sabban se fue y no volvió, porque no tenía autorización alguna. Sin embargo, al instante se presentaron dos familiares de víctimas del atentado, muy cercanos a la dirigencia comunitaria, que asumieron rápidamente el papel de querellantes. En sintonía con la DAIA incluso acompañaron la acusación por traición a la patria contra CFK y Timerman, una imputación vergonzosa que no se hacía desde que lo acusaron por traición a Juan Domingo Perón en 1955. La DAIA hasta presentó un escrito sustentando la acusación contra el gobierno anterior y luego la Cámara de Casación terminó otorgándole el papel de querellante, aún sin que existiera el poder habilitante.

Los dos familiares que actúan con la DAIA se despacharon acusando a Noble de encubrimiento. Debe ser la primera vez en la historia que se hace semejante imputación contra un secretario general de Interpol, que fue anteriormente el jefe del Servicio Secreto de Estados Unidos. Con esa imputación intentarán impedir que Noble declare.

Quien primero recogió los dichos de Noble fue el juez original de la causa del Memorándum, Daniel Rafecas. El magistrado transcribió sus dichos y fue uno de los elementos que usó para cerrar la causa por inexistencia de delito. No fue el único argumento. El Memorándum fue un tratado votado por las dos cámaras del Congreso que podía considerarse bueno, malo, constitucional o inconstitucional. Lo que no se podía alegar era que fuera un delito. Y, para colmo, nunca entró en vigencia, de manera que no podía tener ningún efecto jurídico.

La existencia de la causa y del juicio que se hará este año sólo se explica por las maniobras de Comodoro Py, el aparato aliado a Cambiemos. Y la dirigencia de la comunidad judía participa de semejante trama, poniéndose del lado del macrismo y de quienes usan al atentado contra la AMIA para jugar en la política nacional y en la geopolítica internacional.

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