“Que sea con mucha magia”, deseó en la Embajada del Reino Unido un joven de pelo y bigote casi blancos, ojo celeste, traje oscuro con un tapado y varita mágica en mano, es decir, caracterizado como Gellert Grindelwald, el villano de las nuevas películas de Harry Potter. En la cuarta edición de la  “Harry Potter book night”, más de mil fanáticos de la saga se reunieron en el jardín de la sede diplomática para celebrar al mago creado por J. K. Rowling y participar de distintas actividades propias de ese universo, que iban desde un concurso de disfraces hasta entrenamientos del deporte del mundo mágico, el Quidditch.

“Este es un evento global que hacemos para estimular la lectura y también para que tanto padres como hijos puedan disfrutar un  poco de la cultura británica, que es lo que es Harry Potter”, dijo a Página|12 el embajador británico, Mark Kent, una de las figuras más populares de la jornada. Para anunciar el evento, Kent había publicado en sus redes sociales una foto de él con bufanda de Gryffindor –una de las Casas que, en el universo Potter, albergan estudiantes de magia– al cuello y varita. “Tenemos más actividades, más tecnología en términos de experiencias virtuales y también algunos clásicos como la competencia de disfraces”, agregó el embajador. Este año, la temática del evento fue Hogwarts, el colegio de magia y hechicería, y los potterheads (como se suelen llamar los fanáticos) podían, entre otras cosas, practicar Quidditch (el deporte mágico), fabricar pociones en juegos de realidad virtual y, Sombrero Seleccionador mediante, ser elegidos para una de las cuatro casas de la escuela.

Por el jardín también paseaban los fantasmas de Hogwarts. “¿Qué puede ser más Hogwarts que Nick casi Decapitado?”, señaló Elías, que hizo cosplay del fantasma de Gryffindor y llegó al lugar con su hermano, Noel, y su madre, Andrea, la Madame Pomfrey que, botella de la poción crece-huesos en mano, ganó el concurso de disfraces. A un lado, Noel, ataviado como el protagonista de la saga en el Torneo de los Tres Magos, sostenía un huevo dorado idéntico al que Harry consigue en el primer desafío.  

Al pie de las escalinatas de la casa, que funcionaron como escenario principal, uno de los organizadores leyó “El profesor de pociones”, el octavo capítulo de Harry Potter y la Piedra Filosofal, mientras una multitud de niños y adolescentes sentados sobre el pasto escuchaban atentamente. También hubo lugar para los nuevos personajes del universo Potter en el debate sobre la película Los crímenes de Grindelwald. Cinco jóvenes y una mujer adulta, todos con sus respectivos uniformes de Hogwarts, explicaron uno a uno sus teorías acerca de la saga Animales Fantásticos, protagonizada por el magizoologista Newt Scamander.

Claudia, docente de biología, se disfrazó de Pomona Sprout, la profesora de herbología. “Cada vez que lees el libro, encontrás algo nuevo y te hace leer cosas nuevas”, dijo Claudia mientras sostenía a su mandrágora. “En este mundo ya no te crees muggle (no magos). La magia existe”, contó la bióloga-herbóloga que, además, ya introdujo a su nieta de dos años al mundo mágico y le regaló una capa de Hufflepuff.

Informe: Ludmila Ferrer.