Con cinco días de atraso, el fiscal Carlos Stornelli se presentó ayer a la Justicia y denunció a su presunto operador, Marcelo D’Alessio, por el delito de defraudación. “Recientemente se hizo pública una actividad fraudulenta llevada a cabo por Marcelo D’Alessio, quien concurrió en varias oportunidades a la fiscalía del Dr. Stornelli presentándose como especialista en narcotráfico y terrorismo. El señor D’Alessio, con un mecanismo que se conoce como ‘girada’, comenzó a pedirle dinero a un señor de apellido Etchebest prometiéndole mejorar su supuesta situación procesal”. O sea que después de decir que todo era una “operación política” y que sólo vio a D’Alessio dos veces, Stornelli pasó a admitir que era un habitué de la fiscalía y que existió el delito, aunque por supuesto manifestó no tener vínculo alguno con ese pedido de plata. Como al pasar, Stornelli dijo que la extorsión se pagó en Puerto Madero, una jugada para quitarle la causa al juez de Dolores, Alejo Ramos Padilla. Entre los fiscales del país comenzó un intenso debate a raíz de un tibio comunicado de la Asociación de Fiscales que pretendió defender a Stornelli. 

El jueves pasado, cuando explotó el escándalo de la extorsión en la causa de los cuadernos, se dieron a conocer videos, audios, capturas de Whatsapp que probaban el pedido de 300 mil dólares al empresario Pedro Etchebest y el pago, en dos partes, de los primeros 14.700 dólares. El fiscal Stornelli debió presentarse de inmediato a la Justicia apuntando contra quien había pedido dinero a su nombre. No lo hizo. Pasó todo el fin de semana, pasó el lunes, y después que los hechos quedaron corroborados, el fiscal finalmente dio el brazo a torcer y se presentó para denunciar a su supuesto operador. 

Patrocinado por el conocido penalista Roberto Rivas, Stornelli alegó que lo “giraron”, es decir que D’Alessio pidió dinero usando su nombre, pero sin que él lo supiera y sin que hiciera nada para beneficiar o perjudicar a Etchebest. Aún así, volvió a incurrir en falsedades: por ejemplo, sostuvo en el texto que cualquier persona sabe que él va a Pinamar y que suele estar en el balneario CR, o sea que el encuentro con D’Alessio fue casual, provocado por éste. Sin embargo, las circunstancias fueron muy diferentes: hay capturas de Whatsapp, intercambios entre D’Alessio y Stornelli en los que pactan el encuentro el 7 de enero a las 11 de la mañana. A tal punto que D’Alessio comenta: “este hijo de puta no quiere ni pagar un almuerzo”. Y después, el encuentro se prolonga durante cuatro horas, al final de lo cual, Stornelli se sube a la camioneta de D’Alessio y se van a dar una vuelta por Pinamar. Al regreso, el operador le pide a Etchebest los 300 mil dólares. Nada se parece a un encuentro casual.

En el texto presentado por Stornelli ayer hay una mención asombrosa. El fiscal asume que el pago de los primeros 9700 dólares se hizo en el hotel Alvear Icon de Puerto Madero. No es un detalle casual. Poco después se sorteó el expediente y recayó en el juez –amigo del gobierno y de Stornelli, Julián Ercolini–. Y la mención de Puerto Madero tiene la intencionalidad de dejar asentado que el pago se hizo en Buenos Aires y, por lo tanto, debe quedarse con la causa Ercolini y no Ramos Padilla, quien allanó a D’Alessio y viene juntando pruebas.

La jugada tuvo rápidamente un acompañamiento singular. El nuevo abogado de D’Alessio, Claudio Fogar, también sostuvo que la causa debe ser instruida por Ercolini, o sea que el expediente debe ser traído al territorio de Comodoro Py, donde tanto Stornelli como D’Alessio juegan de locales. Parece cantado que necesitan apagar el incendio cómo sea.

Durante la jornada de ayer, el caso Stornelli produjo un gran revuelo en todo el mundo judicial. Se vio al fiscal desencajado y tratando de contrarrestar el peso de las pruebas. En paralelo, la Asociación de Fiscales sacó una declaración titulada “preocupación, sospechas sobre contaminación de la causa cuadernos, exhortamos a prudencia” y dicen que no es una defensa corporativa, sino en defensa de la institucionalidad. Dentro de las fiscalías se armó una fuerte discusión y los más allegados a Stornelli propusieron que se envíen veedores a Dolores en defensa del fiscal. El tema será resuelto hoy, pero hay una fuerte disconformidad con la idea de ponerse ciegamente del lado de Stornelli.