La primera ministra británica, Theresa May (foto), sufrió ayer un nuevo revés en el Parlamento y su estrategia para el Brexit un duro golpe, luego de que la Cámara de los Comunes rechazara su moción para garantizar que el país solo abandonará la Unión Europea (UE) con un acuerdo previo. Por 303 votos contra 258, una heterogénea mayoría, formada por el oficialismo conservador que reclama un Brexit duro y el resto de la oposición que se divide entre el pedido de un nuevo referéndum para suspender la salida de la UE y los que piden un mejor acuerdo que el negociado hasta ahora con el bloque europeo, desnudaron otra vez la debilidad de la Jefa de Gobierno. May se ha negado a descartar un Brexit sin acuerdo mientras intenta arrancar concesiones a la UE; sin embargo, sabe que una moción del Parlamento –aunque no vinculante– que garantice un acuerdo previo podría haber sido la salvaguarda que Bruselas necesitaba para abrirse a una nueva negociación con Londres. “El gobierno no puede seguir ignorando al Parlamento sin un plan coherente”, aseguró el líder  laborista, Jeremy Corbyn.