El presidente Donald Trump eligió ayer al conservador Neil Gorsuch al frente del Tribunal Supremo e inclinó hacia la derecha la composición de la máxima instancia judicial del país. Gorsuch, de 49 años, es conocido por su estricta interpretación de la Constitución, por estar en contra de la eutanasia y del acceso a los anticonceptivos. El juez, también defensor de la posesión de armas, prometió que hablará con demócratas y republicanos para conseguir la confirmación del Senado y sustituir así al fallecido Antonin Scalia. Desde la oposición, sin embargo, ya criticaron su designación y lo definieron como " un amante del lobby corporativo”.

Trump cumplió la promesa que había hecho a los representantes ultraconservadores del partido Republicano, que estaban expectantes por saber quién sería el designado para el máximo tribunal. “Soy un hombre de palabra”, señaló el presidente mientras anunciaba al juez más joven en 25 años, que influirá en la dirección de la Corte por décadas. Los republicanos incluso consideraron a la nueva jugada de Trump como un “jonrón excepcional” que podría llegar a limar las asperezas que el magnate cosechó con algunos sectores del partido.

Con una educación que incluye tres de las escuelas de Derecho más prestigiosas: Columbia, Oxford y Harvard; Gorsuch representa al ala más conservadora del derecho norteamericano. Como juez de la Corte de Apelaciones del Décimo Circuito, su antiguo cargo, falló en contra del Obamacare -la reforma de salud del ex presidente Barack Obama- porque creía que vulneraba la libertad de los grupos religiosos y los obligaba a comprar coberturas médicas que incluyeran mecanismos de anticoncepción. “Para algunos, la religión proporciona una fuente esencial de orientación sobre lo que constituye una conducta ilícita”, expresó entonces.

El tribunal más alto de EEUU es el máximo árbitro del país, quien se encarga de las disputas entre estados y el gobierno federal como así también de apelaciones finales para suspender ejecuciones. Por lo general llegan a las manos de los jueces casos sobre aborto, inmigración y racismo. Además, el sistema legal de Estados Unidos permite que el juez esté en funciones durante los próximos 50 años dependiendo de su edad. “Sus decisiones pueden durar un siglo o más, y frecuentemente pueden ser permanentes”, aclaró Trump.

Durante la declaración de prensa, Gorsuch prometió seguir los pasos de Scalia, un juez también conservador que, como el nuevo nominado por Trump, considera que la Constitución de Estados Unidos debe interpretarse como lo harían sus autores del siglo XVIII y no adaptarla a los cambios de la sociedad actual. "Aquí de pie, en esta casa llena de historia, y consciente de todas mis imperfecciones, prometo que si me confirman haré todo lo que está en mi poder para ser un fiel servidor de la Constitución”, señaló.

A pesar de la nominación, Gorsuch tendrá que ser aprobado por los miembros del Senado, al igual que el resto de los candidatos que Trump eligió para su equipo de Gabinete. Con eso en mente, el presidente pidió a los demócratas que aprueben su candidatura “por el bien del país”.

No obstante, los demócratas ya expresaron que intentarán bloquear su designación y grupos liberales pidieron que “libren una dura pelea” para rechazarlo. La estrategia de la oposición es prolongar la votación para que los republicanos necesiten 60 votos, en vez de la mayoría simple que se requiere para su aprobación.

Bernie Sanders, el ex candidato presidencial, dijo que Gorsuch “debe explicar su hostilidad hacia los derechos de las mujeres, el apoyo a las corporaciones por sobre los trabajadores y su oposición hacia la reforma de financiamiento electoral”.