La nueva carrera de grado en Gestión Cultural de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario ya pasó la primera instancia de aprobación. "Ya en el segundo semestre se dictarán algunos cursos", anticipó a Rosario/12 el decano de la Facultad, José Goity, quien anunció además que a fines de este año se habilitará la inscripción para cursar el primer año de la primera promoción en 2020. 

El decano informó que la carrera ya fue aprobada por el Consejo Directivo y que sólo falta la aprobación de Consejo Superior, tanto para los planes de estudio como para el plantel docente a cargo; una luz verde que se da por sentada, ya que "no hay antecedentes de que el Consejo Superior no apruebe una carrera creada en la Facultad", recordó. Después restaría el reconocimiento ministerial. Esa recta final burocrática ocuparía el primer semestre de 2019.

Orientada a gestores culturales tanto del ámbito público como del privado y de la autogestión, priorizando lo público, comunitario y social, la carrera tiende a un perfil profesional amplio dentro de un campo actualmente en construcción. El objetivo es formar profesionales que puedan intervenir en contextos diversos, informó Goity, destacando que "la gestión cultural tiene una especificidad que admite aplicaciones variadas, entre las cuales por razones ideológicas priorizamos el trabajo de gestión cultural en el campo de las organizaciones sociales".

Habrá una Tecnicatura de tres años (1680 horas reloj) y una Licenciatura de cuatro años (2660 horas reloj). Ambas se articulan entre sí de la siguiente forma: quienes cumplimenten los requisitos establecidos en el plan de estudios obtendrán el título de Licenciado en Gestión Cultural. Quienes hayan aprobado las asignaturas mínimas establecidas en el plan de estudios obtendrán el título intermedio de Técnico Universitario en Gestión Cultural. A su vez la Licenciatura se articula y continúa con la especialización de posgrado en Gestión Cultural ya existente.

Los requisitos de ingreso son los de cualquier carrera universitaria. Con modalidad presencial, la carrera se va a dictar en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario, en los dos edificios: el más antiguo de calle Entre Ríos al 700 y el nuevo con entrada por calle Corrientes al 700. Si bien no pueden publicarse nombres de docentes por estar aún pendientes de aprobación, José Goity adelantó que van a ser de la planta docente de la Facultad. Una vez designados, cada docente podrá reconocer equivalencias con materias de otras carreras. Estudiantes de la UNR que deseen cursar Gestión Cultural podrán tramitar un pedido de pase de carrera.

"El graduado de la carrera contará con una sólida formación multidisciplinar, que le permita constituirse en un mediador entre la creación artística, la industria y los consumos culturales", se expresa en el programa académico, que define sus objetos de estudio en torno al "diseño e implementación de proyectos culturales, artísticos y de producción cultural en instituciones públicas, privadas y del tercer sector" y "la gestión y ejecución de las políticas culturales necesarias para producir las prácticas. El graduado contará con los conocimientos y habilidades necesarios para gestionar las prácticas que configuran la cultura de una comunidad y para atender en cada caso a diferentes sectores de la sociedad como por ejemplo: infancias, juventudes, adultos mayores, mujeres, entre otros grupos específicos".

La creación de la nueva carrera, según relató Goity, "fue una iniciativa de la Facultad, discutida con distintos docentes representativos de todas las escuelas. También hubo consultas con Néstor García Canclini, Roger Chartier, Víctor Vich, Juan Carlos Posadas y otros importantes referentes de la cultura. Esto generó ciertas resistencias en la Facultad, pero la idea es ampliar el campo de conocimiento, no una visión conservadora de los estudios universitarios", afirmó. Justificando la importancia académica y política de esta innovación "para la Facultad, la Universidad, la ciudad y la región", el decano destacó que "ante la situación que vive el sector público en educación, es un acto de rebeldía crear una carrera, pública, gratuita y con ingreso irrestricto; constituye una declaración política e implica asumir un compromiso moral. En este contexto, lo peor que podemos hacer es quedarnos quietos".