El 23 de febrero es una fecha señalada por la oposición venezolana como “Día D”. La referencia al desembarco en Normandia parece excesivo, pero Juan Guaidó marcó desde su rol de autoproclamado presidente interino que ese sábado sea el día para que entre ayuda humanitaria al país. La jornada muestra un país en tensión, tras los recitales a favor y en contra del gobierno de Nicolás Maduro y con fronteras cerradas por orden.

Los opositores nucleados alrededor de Guaidó consideran que lograrían un éxito político si consiguen el ingreso de alimentos y comida, lo que podría representar el prólogo a una probable intervención armada. "El 23 de febrero, a un mes de haber asumido las competencias como presidente encargado, todo el pueblo de Venezuela estará en las calles exigiendo el ingreso de la ayuda humanitaria", aseguró ayer Guaidó en Colombia, adonde llegó para el concierto organizado por el multimillonario británico Richard Branson, realizado en paralelo al “Concierto por La Paz” del chavismo en el puente de Tienditas.

Guaidó arribó ayer a Cúcuta, al otro lado de la frontera, pese a la orden judicial que le impide dejar suelo venezolano. Casi al mismo tiempo, el gobierno de Maduro ordenaba cerrar tres pasos fronterizos con Colombia. Días antes ya se había cerrado la frontera con Brasil. La tensión pasa por los puentes que unen Venezuela y Colombia en el estado de Táchira.

La idea es que camiones conducidos por venezolanos puedan llegar, pese al cierre de los accesos. La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, se refirió a la medida en Twitter y la atribuyó a "las serias e ilegales amenazas intentadas por el Gobierno de Colombia contra la paz y la soberanía de Venezuela".

El gobierno de Maduro rechaza las informaciones que hablan de crisis humanitaria y asegura que la situación vivida es consecuencia de las sanciones económicas que impuso Estados Unidos. De hecho, el gobierno de Donald Trump baraja abiertamente la opción de una invasión para desalojar al chavismo del poder y el intento de ingresar camiones con ayuda desde la frontera es visto desde Caracas como una excusa para justificar la intervención militar.