Una comisión especial australiana que investiga la pederastía en las instituciones del país indicó que el 7 por ciento de todos los sacerdotes abusaron en Australia de menores a su cargo entre 1960 y 2015. En un informe publicado el año pasado, la comisión informó que decenas de miles de niños fueron víctimas de abusos sexuales en iglesias, orfanatos, clubes deportivos, grupos juveniles y escuelas de Australia durante generaciones, en un país en el que una de cada cinco personas son católicas, unos cinco millones en total. Esta misma comisión reveló que en los años ‘70 había en la ciudad de Ballarat una red de sacerdotes pederastas. Dicha localidad es la ciudad natal del cardenal George Pell, encontrado culpable de violación y abuso sexual a menores, donde ejerció como sacerdote y educador. Pell había declarado como testigo en la investigación de dicha comisión en marzo de 2016. En esa oportunidad, el religioso había reconocido que en la década de 1980 existía un mundo de crímenes y encubrimientos en la Iglesia católica para proteger a la institución, pero negó tajantemente haber abusado sexualmente de ningún menor. Sin embargo, sí reconoció, según dijo, haber metido la pata al lidiar con los curas pederastas en el estado de Victoria. Irónicamente, el cardenal fue el primer dirigente católico en abordar los abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia australiana, con la puesta en marcha en 1996 de un programa de compensaciones económicas, aunque recibió críticas por no dar suficiente apoyo a las víctimas.