El senador Miguel Pichetto calificó de “ministro prosoviético” al diputado Axel Kicillof. Buscando separar a su espacio “Alternativa Federal” del kirchnerismo al que perteneciera hasta el último minuto de mandato de CFK, indicó: “El último período de Cristina fue malísimo, con ese ministro que aún hoy alienta de candidato, Kicillof, con una economía cerrada, de cepo, casi de corte prosoviético, con intervención y todas las pavadas que se le ocurrieron hacer en la economía que provocaron una parálisis fenomenal en el país”. Luego señaló que Kicillof tiene una “formación marxista” y que el kirchnerismo defiende “ideas viejas”.

Al respecto, cargar sobre las espaldas de Kicillof la “parálisis fenomenal del país”, el “cepo” y la “economía cerrada” durante el último mandato de Cristina, no parece del todo justo. Al momento de asumir Kicillof como ministro en noviembre de 2013, la economía ya presentaba dos años de síntomas de estancamiento, con restricciones a la compra de dólares y administración de las importaciones. En todo caso, el ministro puede ser responsable de no modificar esa situación, manteniendo dichas políticas con algunos ligeros cambios en su implementación. Pero no puede atribuirse a su “formación marxista” y “prosoviética” un set de políticas que ya se habían implementado cuando Kicillof asume como ministro de Economía.

Por otra parte, la restricción de importaciones y los controles de cambios son “ideas viejas”, tan viejas como sus opuestas de libre comercio y movilidad de capitales, o acaso Pichetto piensa que Adam Smith se encuentra vivo y acaba de publicar su Riqueza de las Naciones. Intervencionismo y liberalismo vienen disputando la hegemonía por el diseño de las políticas económicas desde hace siglos. La actual política proteccionista de Trump, alentando la defensa de la producción estadounidense frente a las importaciones, muestra que el intervencionismo parece pasar a ser lo “nuevo” y el liberalismo lo “viejo”, en el actual contexto global.

Tampoco los controles de cambios y la protección de la producción nacional frente a las importaciones pueden calificarse de ideas “soviéticas”. Es bastante paradójico que Pichetto pertenezca al Partido Justicialista y desconozca que dichas medidas fueron parte de la política económica implementada por Juan Domingo Perón durante sus tres gobiernos. La restricción de importaciones para el fomento de la industria nacional y los controles cambiarios para priorizar el uso de las divisas en los objetivos de ese desarrollo conformó el ABC de la política económica peronista. En ese sentido, el senador Pichetto debería calificar al kirchnerismo y al diputado Kicillof como “properonistas”, en lugar de “prosoviéticos”, por fomentar la intervención del Estado en la economía. Después de todo, habrá sido un general soviético quien señaló “La economía y el libre mercado son sólo afirmaciones para el consumo de los tontos e ignorantes. La economía nunca es libre, o la controla el Estado en beneficio del pueblo, o la controlan las grandes corporaciones en perjuicio de este”.

@AndresAsiain