Mientras los operadores locales gozan de un fin de semana largo, el mercado financiero internacional no tuvo ayer feriado, con un saldo negativo para los activos argentinos. El indicador riesgo país, que mide la sobretasa que debería pagar el gobierno de Macri para colocar nueva deuda, terminó con una nueva alza, al cerrar en 732 puntos. Las cotizaciones de acciones argentinas a través de los certificados ADR también culminaron con pérdidas, destacándose las bajas de Irsa e YPF, con retrocesos de 3,0 y 3,7 por ciento, respectivamente. Analistas de la city coinciden con que el “veranito” financiero en la plazas local terminó y que se abrió un período de incertidumbre bursátil y cambiaria.  

Las tensiones políticas por el inicio de la campaña electoral, que tuvo su puntapié inicial con el discurso gritado del presidente Mauricio Macri en la Asamblea Legislativa, y por la decisión oficial de profundizar la recesión subiendo la tasa de interés para adormecer al dólar, han modificado el clima de inversión en el mercado. La señal más clara de este cambio de tendencia es el repunte del riesgo país, que había tocado el máximo de 837 puntos el 27 de diciembre pasado, para bajar al mínimo de 635 puntos el 5 de febrero pasado y subir desde ese nivel casi 100 puntos en apenas un mes.

La suba del riesgo país refleja que grandes fondos de inversión se están desprendiendo de títulos de deuda, lo que deriva en una caída de las cotizaciones y, en consecuencia, en un alza de la tasa de retorno. Ayer, en la plaza de Nueva York, los bonos argentinos culminaron con pérdidas, disparando la tasa por encima del 12 por ciento anual en algunos papeles, como los del Discount 2033 en dólares legislación argentina, que se ubicó en el 12,8 por ciento anual.

El clima negativo en el mercado bursátil estuvo influenciado por la caída del índice de acciones Dow Jones, que bajó 0,8 por ciento. Operadores indicaron que el retroceso se explica por un informe del Departamento de Comercio que mostró un inesperado descenso de 0,6 por ciento en el gasto en construcción en enero, cuando un mes antes había sido positivo en 0,8. Este dato va en línea con el desalentador vinculado al PIB del cuarto trimestre, que mostró una desaceleración de la economía. El escenario internacional ya no es tan favorable como en el primer bimestre del año, lo que implica que el viento de cola ya no soplará tan fuerte para las acciones y bonos argentinos.