En estos días, en las pantallas de los teléfonos celulares comenzará a aparecer el emoji del mate, luego de que Unicode aprobara la petición iniciada por programadores y diseñadores argentinos. El mate tiene una larga tradición en Argentina, desde que los guaraníes usaron la primera calabaza. Pero las innovaciones que alimentan la cultura de la infusión compartida no pararon desde entonces. En las últimas semanas, además de la llegada de la tradición matera al mundo virtual, también  se conoció otra innovación: el mate eléctrico que mantiene la yerba caliente. Amargo, dulce, con yuyos o sin, frío o caliente. Hay tantas formas de preparar mate como amantes de esta infusión que hoy consumen ocho de cada diez argentinos, muy por delante del té y el café. Aquí, un repaso de por qué el mate sigue siendo pasión de multitudes.

En la Argentina se consumen alrededor de 256 millones de kilos de yerba mate por año, lo que implica un consumo anual de unos 6,4 kilos por persona. La yerba mate está presente en más del 90 por ciento de los hogares del país, según el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). Tanto es así que, desde el 2015, el mate tiene su día. El 30 de noviembre fue instituido como el Día Nacional del Mate por la ley 27117, en conmemoración del nacimiento de Andresito Guasurarí (1778-1821), que fue gobernador de la provincia grande de Misiones de 1815 a 1819, fomentó la producción y dio impulso a la comercialización de la yerba mate.

La última investigación del INYM, una encuesta de opinión realizada a mil personas de todo el país durante agosto de 2016, da cuenta de que ocho de cada diez argentinos (80 por ciento) dijo haber consumido mate en los últimos 30 días. Muy por detrás le siguieron el té (48 por ciento) y el café (44 por ciento). El mate fue elegido como el producto que mejor representa a los argentinos y argentinas por el 38 por ciento de los encuestados; seguido por la carne (37 por ciento), el dulce de leche y el vino (con un 11 y 7 por ciento respectivamente). La costumbre es la principal razón por la que se toma mate en el país. Así lo consideró el 76 por ciento de las personas encuestadas. El 64 por ciento elige el mate por el sabor y el 27 por ciento porque es una compañía. 

Hay profesiones nuevas ligadas a la yerba, como la de sommelier de mate (ver aparte), hay alimentos o bebidas derivadas, como el helado o la cerveza y, por supuesto, todo tipo de productos en torno a esta infusión.

Gastón Martorell se presenta como el CEO de Mercado mate, un e-commerce que vende artículos relacionados al mate. Es, además, creador de Reunata, una fábrica de bombillas. ¿Por qué abrir un negocio de artículos vinculados con esta infusión? Para Martorell, el mate es “apasionante y tan nuestro como el fútbol, el asado o el tango”. 

“Tiene mil variantes, mañas y secretos acumulados a través de tantos años, nada más sano que la competencia en un grupo de amigos por saber quién ceba los mejores mates. Y para eso necesitás buenas herramientas, ¿verdad? También porque es un público fabuloso, fiel. Tenemos todo tipo de clientes, fanáticos que quieren tener el último modelo de bombilla, artistas que nos compran mates, les dan su impronta y los venden personalizados, grabados, forrados. Sin duda el mate está presente en la vida de todos los argentinos desde la cuna, de ver a mamá y papá en el patio tomando unos ‘verdes’. Recuerdo el día que probé mi primer mate... ¡Qué sensación, entrar en ese mundo!”, dice. 

Además de vender mates, bombillas y accesorios, ofrece algunos productos novedosos como el Termo Solar, “que está pensado para la conservación del medio ambiente a través del ahorro energético”, y sorbetes reutilizables, que remplazan a los tradicionales de plástico. Venden a todo el país, y también reciben pedidos desde Uruguay y Brasil.

También hay inventos que buscan solucionar problemas derivados del consumo. Es el caso del mate eléctrico que se dio a conocer hace pocas semanas. “Reinventamos el mate. Sabemos que es imposible mejorar el mate, por eso decidimos mejorar tu experiencia matera”, dice el slogan en su página web. El mate eléctrico se mantiene siempre caliente. Cada mate mantiene la temperatura del anterior, lo que evita el desperdicio de yerba “ya que cambias la yerba cuando vos lo deseas, no cuando el mate lo decide”, promocionan sus creadores. ¿El secreto? Se trata de un mate eléctrico de acero    inoxidable que se conecta a un puerto USB. Hay cuatro modelos, que van desde los $699 hasta los $2699. 

La idea del mate eléctrico nació hace diez años. Es una de las primeras ideas “cajoneadas” de Pablo Gallego, su inventor, hasta que el año pasado pudo desarrollarla para el concurso Innovar, donde el mate eléctrico quedó seleccionado, y lo presentó en la exposición que viene haciendo el (ex) Ministerio de Ciencia y Tecnología desde el 2006. “Obviamente luego de ver la gente pasar por el stand y cómo deseaban comprarlo ahí mismo, decidí pasar del prototipo a la producción industrial. Los meses siguientes los dediqué a preparar la línea de producción para que sea un producto rápido de producir y de excelente calidad”, explica a PáginaI12 (ver aparte).

El mate forma parte de la identidad cultural y es una industria. Aspecto este último que, según Gallego, a veces es pasado por alto: “Me interesa aclarar que a veces la noticia del mate eléctrico puede sonar superficial para muchos lectores que por supuesto están preocupados por otros asuntos de política, economía y seguridad, pero creo que se debería entender que justamente este tipo de productos innovadores y con valor agregado, es parte fundamental de la industria nacional, está directamente vinculado a la creación de empleo, el consumo en el mercado interno y las exportaciones que van a traer dólares de otros países, ya sea por nuestras ventas internacionales, como por las yerbateras que ven en este producto una herramienta clave para abrir nuevos mercados a nivel mundial”.

El mate también estará representando a nuestro país y a América del Sur en las redes sociales a partir de la aprobación del emoji del mate. La historia oficial cuenta que todo empezó el 14 de septiembre de 2017 en la Media Party organizada por Hack Hackers Buenos Aires. Allí, un equipo autoconvocado formado por los periodistas Florencia Coelho y Santigo Nasra, los diseñadores Daniela Guini y Emiliano Panelli y el ilustrador Martín Zalucki, se propuso lograr que la infusión típica de Argentina y la región se convirtiera en un ícono que pudiera ser usado en las redes sociales. La elección del mate fue estratégica. “El primer día en la Media Party, Flor Coelho y Jenny Lee, nuestra amiga en Unicode, estaban reclutando gente para impulsar el emoji del mate. Pero la cosa no estaba muy definida, lo que ellas y nosotros queríamos realmente era un emoji que representara a todo Sudamérica, porque la región está completamente sub representada en el catálogo de emojis”, cuenta a este diario Zalucki (ver aparte).