Una forma de medir la pérdida de poder adquisitivo entre los porteños es en pasajes de subte. Cuando dentro de dos meses termine de implementarse el nuevo cuadro tarifario, el pasaje costará 21 pesos, con lo cual un salario mínimo alcanzará para adquirir 706 viajes. Tres años atrás, quienes percibían también un salario mínimo podían pagar 1129 pasajes. La diferencia es una pérdida de 423 viajes que ese trabajador ya no puede costear. “Los tarifazos en el transporte público corroen los ingresos de los asalariados. El nuevo aumento en la tarifa del subte no satisface el criterio de razonabilidad económica y sólo generará ingresos extraordinarios para Metrovías, la empresa prestadora del servicio”, advierte el último informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda.

Desde que Horacio Rodríguez Larreta asumió como Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires la tarifa del subte escaló un 367 por ciento. “La variación de la tarifa excede la tasa de inflación y de la variación de los salarios, lejos de cualquier parámetro de razonabilidad económica y de consideración de la situación socioeconómica de la población usuaria”, sostienen los autores del reporte. Desde la perspectiva de los economistas de la Undav la suba tampoco se justifica por el aumento de los costos de explotación ni desde un punto de vista fiscal.

Con el nuevo cuadro tarifario, la cantidad de viajes que puede comprar un jubilado de la mínima caerá de 863 a 453 en tres años, mientras que en la Asignación Universal por Hijo la baja será de 168 a 88 boletos entre 2016 y 2019.