Desde Roma

Angela Romanin es portavoz y educadora de la Casa delle Donne (casa de las mujeres para no sufrir violencias) de la ciudad de Bolonia (centro norte de Italia), fundada en 1989, una de las más famosas instituciones que en Italia ofrece asistencia a las mujeres que han sufrido o sufren violencias. Romanin trabaja en esta institución desde 1992 formando al personal que trabaja en  los distintos centros de asistencia de la Casa delle Donne pero también a personal de la policía y de otras instituciones.  

-¿Cuál es la situación actual de las mujeres en Italia? ¿Es mejor o peor que hace 10 años?

- Seguramente ha mejorado en los últmos 10 años, pero lo que me preocupa es que todo lo que se ha conseguido hasta ahora pueda perderse con el actual gobierno italiano.  Uno de los partidos que está en el gobierno, la Liga (derecha) es adherente a una visión muy conservadora, una visión ultra católica de la relación hombre- mujer. Un senador de la Liga, Simone Pillon, que por otra parte es partidario de anular el derecho al aborto, ha presentado un diseño de ley que de hecho pone en discusión el derecho al divorcio de las mujeres y el derecho de protección contra la violencia. Esta ley, de ser aprobada, sería un terrible paso atrás en los derechos de las mujeres. Las mujeres saldremos también a la calle el 8 de marzo para protestar contra este diseño de ley. Otro elemento que se agrega es que recientemente fue presentado el llamado Informe Sombra sobre las mujeres italianas que demostró de manera clara que la Convención de Estambul (convenio del Consejo de Europa de 2012  sobre la prevención y la lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica) en Italia no se aplica pese a que este país fue uno de los primeros en ratificarla.

-Con todo lo que ocurre a nivel político, en Italia y Europa, ¿el feminismo sigue vivo en Italia? 

- Muy vivo. Recuerdo en particular la adhesión al movimiento “Ni una menos”  que nació precisamente en Argentina en 2015. Hay una movilización permanente de las mujeres a través del movimiento feminista. Muchísimas feministas colaboran con los centros anti violencia. El movimiento “Me too” ha tenido mucha difusión aunque ha recibido muchos ataque misóginos.          

-Las agresiones contra las mujeres y feminicidios ¿Han aumentado o  las mujeres ahora tienen más fuerza para denunciarlos?

-Es más bien lo segundo. Mi organización ha hecho una suerte de estadística desde 2006 basándose en los datos de la prensa, sobre los feminicidios. Son cerca de 120 cada año. Esa cifra puede variar poco, de un año a otro, pero la cantidad es más o menos estable. Los asesinatos de hombres hoy, en cambio, son un cuarto de los que había en 1992. Mientras los feminicidios se han mantenido más o menos desde aquella fecha. Hay que preguntarse por qué sucede esto. Y la respuesta es porque en Italia no existe un sistema de protección serio para las víctimas de alto riesgo. A diferencia de otros países como Inglaterra, por ejemplo, donde existe el  Marac (Multy Agency Risk Assessment Conference), varias agencias del estado que comparten información para luego tomar medidas de protección a través de una red que protege mujeres y niños con riesgo de violencia, en Italia no hay ningún sistema similar.