En una gala decontracté celebrada los pasados días en París, oficialmente inaugurados quedaron los World Restaurant Awards (WRA), flamante reconocimiento a lo más top de la gastronomía mundial. Un premio pretendidamente más “inclusivo y variado” que los afamados World’s 50 Best, de los que sus creadores se declaran disidentes. Y decididamente menos tradicionalista, a juzgar por algunas ternas de lo más peculiares, a las que sardónicamente han bautizado “Platos Pequeños”: al mejor restaurante que no usa pinzas en la cocina; al mejor que no requiere reserva; al mejor con chef sin tatuajes (se hizo del laurel el galo Alain Ducasse, sin una gota de tinta en la piel). A tono con los digitales tiempos que corren, también hubo recompensa para la mejor cuenta de Instagram; y es la primera vez que una cuenta de red social recibe reconocimiento de la industria culinaria. “El impacto de Instagram no solo es la de proveer una herramienta de marketing, también es la de conectar el mundo de la cocina de una forma que no parecía posible hace unos pocos años”, explicaron desde los WRA, mientras daban la mentada coronita al maestro Alain Passard, a cargo de la cocina de Arpège, que goza de 3 estrellas Michelin. Su cuenta, por cierto, tiene más de 250 mil seguidores, gustosos por degustar visualmente instantáneas de su mítica tarta de manzana con forma de ramo de rosas (registrada como propiedad intelectual en Francia), carpaccios, ravioles multicolores, paupiette de vegetales, vieiras con trigo sarraceno y trufas negras, entre otras delicias dignas de ver. Por lo demás, para saber: el ducho paladar del panel experto entregó sus máximas estatuillas a restaurantes como el sudafricano Wolfgat, el japonés Inua, el brasileño Mocotó o el español Mugaritz.