A un mes y días de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias; la campaña electoral en Santa Fe parece cómoda en su letargo. Al estrépito causado por el frenético cierre de listas y el conocimiento concreto de quién se enfrentará con quién en las internas, sucede un período de tensa calma en la que ni siquiera los dardos entre los contrincantes parecen tener fuerza al ser lanzados. Verónica Irizar aún no ha hablado de Pablo Javkin y él tampoco de ella. Roy López Molina hace como si Jorge Boasso no hubiese lanzando su candidatura a intendente por Cambiemos, y hasta el punzante ex concejal del radicalismo se encuentra más que nada abocado a la parte fotográfica de su campaña y a la presentación de su lista de aspirantes a ocupar una banca en el Palacio Vasallo.

Los únicos afiches callejeros que se ven son los que quedaron de los frustrados candidatos que quisieron instalarse y los de los poco conocidos que ahora aspiran a entrar en consideración de la gente. Los demás esperan y ahorran tiempo y mucho dinero.

Antonio Bonfatti y Miguel Lifschitz ya expusieron sus diferencias a la hora del reparto de candidaturas y José Corral le ganó hace semanas la pulseada a Federico Angelini, pero sigue demorando su proyecto de "instalarse" en Rosario donde es menos conocido y su predicamento pasa desapercibido.

Las únicas chispas están por ahora en la interna peronista entre Omar Perotti y María Eugenia Bielsa. Allí sí que ella habla de él bastante seguido, aunque el rafaelino no haya hecho mención alguna a la arquitecta.

El plenario que Bielsa presidió en Santa Fe el fin de semana junto a su compañero de fórmula Danilo Capitani; expuso claramente el escenario tenso que se armó cuando concluyeron las negociaciones para ver quién se quedaba con quién en el PJ provincial.

"Yo lo escucho a Perotti y dice que él no es el candidato de Cristina y que los acuerdos los hizo con (Agustín) Rossi. Y después lo escucho a Rossi diciendo que no participó de las negociaciones y que fue la ex presidenta la que habló directamente con Perotti", dijo Bielsa entre el griterío de los militantes y pidió que estos acuerdos no sean vistos "como una traición". Para después agregar, no sin intención que "a veces los dirigentes toman decisiones que están lejos de lo que piensan sus representados". Para después pasar a la arenga: "Igual, los compañeros de Unidad Ciudadana van a votar por nosotros por una cuestión de coherencia".

Ni Bielsa ni Perotti son kirchneristas, pero el militante del sector no olvida algunos comportamientos del senador nacional y está claro que Unidad Ciudadana cerró filas con él porque ofrecía más garantías y seguridades que Bielsa. Política pura y dura. Nada extraño. Pero el sector que orienta la ex diputada provincial confía en que la Boleta Unica haga de las suyas, al permitir votar independientemente a cada candidato de las distintas categorías. Cualquier kirchnerista puede sufragar por los postulantes que considera "puros" del sector a intendente, concejal, diputado provincial y senador departamental y luego "arriba" optar por cualquiera de los dos candidatos. Los acuerdos superestructurales nunca pueden incluir que cada uno militará por el otro, sino que cada uno hará lo que pueda por sí mismo y su sector.

Bielsa es más categórica y con un discurso más jugado que el de Perotti. Pero tampoco está dispuesta a perder predicamento en los sectores que están más a la derecha y que en su momento, desde una cosmovisión peronista, optaron por Cambiemos enojados con el kirchnerismo. Lo que en Santa Fe se denomina genéricamente "el antiguo voto reutemista".

Esta situación deriva en que ambos candidatos le peguen con el diario mojado al gobierno nacional y se concentren en tratar de demoler al socialismo y sus largos años en el poder provincial.

Es una jugada arriesgada de ambos porque hoy es creciente la proporción del electorado que busca un claro discurso antimacrista aunque no necesariamente kirchnerista. La imagen en picada del presidente y su gobierno hacen que primero esté la cuestión económica, por más graves que sean los temas de inseguridad y narcotráfico en la provincia y en Rosario. La inflación lleva ocho meses consecutivos como principal preocupación de los argentinos en todas las encuestas que se fueron conociendo. El candidato opositor que no incorpore claramente el tema en su mensaje, perderá efectividad y atención sea en el distrito que sea.

Con todo, el peronismo santafesino y rosarino saben de sobra quién es el rival a vencer y actúa en consecuencia. Y ese rival, que es el socialismo, también sabe de memoria que debe diferenciarse del peronismo que siempre amenaza con ocupar su casillero de políticas públicas. Por eso el Frente Progresista eligió siempre las negociaciones con el PRO en el Concejo Municipal y relegó al peronismo para tenerlo controlado y acotado en su rol de opositor. Cuando llegó la hora de diferenciarse fuerte del macrismo, las cuestiones ideológicas emergieron nítidas y le permiten al socialismo ubicarse rápido en las antípodas de la destrucción masiva que generó Cambiemos en estos tres años. El socialismo fue criticado duramente por su posición neutral en la grieta, pero para esa fuerza ese costo político era necesario pagarlo para ahora poder recoger los frutos.