¿A quién debería encontrar yo en el país del vino?/ ¿A quién encontraría qué rostros o qué rostro? Ese pasaje es lo primero que se escucha en el primer disco del Cuarteto Cedrón, Madrugada (1964) editado por primera vez a través de La rosa blindada, de su amigo José Luis Mangieri. Y no es justamente Tata Cedrón quien las dice sino Juan Gelman: dos potencias narrativas que seguirían colaborando por largo tiempo. Y de alguna manera eso marcó fuertemente la lírica de Cedrón: es larga la lista de poetas y escritores que musicalizó en sus más de treinta discos. Entre ellos –además de los ya citados Tuñón y Brecht, que apuntalan su obra– están: Roberto Arlt, Enrique Molina, Miguel Ángel Bustos, Julio Huasi, Oliverio Girondo, Dylan Thomas, Irene Scheuer, Juan L Ortiz, Paco Urondo. “Es el primer disco. Parezco un tipo que se jacta pero lo digo: el primer disco de poesía y música y el primero de autogestión. Hablan de autogestión y no me nombran. Nosotros lo hicimos así. Acá tengo la tapa original de esto: lo hice yo a mano. ¡Y Gelman papá! Inéditos de él. Y en el otro –Canciones tradicionales de Argentina (1980)– mezclé lo tradicional. Nosotros ahí rescatamos a Gardel, a Troilo, a Salgán y nosotros, que nos gusta, porque somos músicos, podemos interpretar una obra clásica y a Ionesco, podés tocar Piazzolla y “El último organito” de Troilo”. 

Veredas de Buenos Aires (1980) tiene música de Edgardo Cantón, letras de Cortázar y a Tata como cantor. “Cantón se fue en el sesenta y cinco para allá. Trabajaba de bibliotecario de la UNESCO y ahí laburaba Cortázar como traductor y se hicieron amigos. Yo a Julio lo conocí en el setenta y uno. Tendría que haber tocado cosas mías pero bueno. Para que vos y yo (1997) rinde homenaje al poeta Acho Manzi, hijo de Homero. “¡Eso es maravilloso! Puse una guitarra portuguesa en una de las canciones. Miguelito Praino decía que Kirchner tenía que poner la canción “Mi país es verde” como canción nacional. Y fijate que ponemos un bandoneonista en la tapa, nosotros no renegamos del tango”. Allí, además, grabó la canción “Turbias golondrinas” de Palo Pandolfo. Tata lo escuchó en vivo en un programa de radio que compartieron, conducido por Alejandro Lingenti. “Esa canción de Palo me gusta mucho. Me gusta mezclar”. Un breve pasaje de Tango y quimera recupera lo dicho por Palo respecto al Cuarteto: “yo empecé a escuchar, a tomar notas, a estudiar, a volverme un poco loco porque sentía que me bajaba algo increíble (hace un ruido)”.

“Esto me parece que es lo más grande que hice yo. Todo está bueno pero esto es, esto es... extraordinario. ¿Vos escuchás, escuchás música tranquilo?”. Tata refiere al disco Fábulas (1969) donde vuelve a compartir parcería con Juan Gelman. La reedición se acompaña, además, de Canciones de amor de Occitania y otros casos (1975), donde el Cuarteto graba nuevamente cosas de Gelman, en este caso, poemas anónimos provenzales del siglo XIII. “Acá hay poemas occitanos del 1200. Mirá lo que son los poemas ¡Todo esto es una canción! Están traducidos por Juan como la puta que los parió. Lo tenía en castellano y en occitano también, pero no lo puedo conseguir. Antes de irme, con Juan hicimos dos espectáculos, Fábulas y La bicicleta de la muerte pasa por Mai Lai. Nos dirigió Laura Yusem, una cosas surrealistas impresionantes.”