En un clima de alta tensión y con el eje puesto en la “crisis de legitimidad del Poder Judicial”, Carlos Rosenkrantz dio su primer discurso de inauguración del año judicial. Con solo tres de los doce jueces federales de Comodoro Py presentes (Daniel Rafecas, Sebastián Casanello y Sergio Torres), el presidente de la Corte Suprema llamó a los magistrados de todo el país a recuperar la confianza de la ciudadanía. “La legitimidad del Poder Judicial es esencial. Y un Poder Judicial sin legitimidad pierde su razón de ser, pues sin legitimidad no puede ser eficaz”, señaló. Y agregó que “toda crisis de legitimidad es en gran parte una crisis de confianza. Y los argentinos están perdiendo la confianza en el Poder Judicial”.

El atril desde donde Rosenkrantz debutó estaba emplazado en uno de los extremos del Patio de Los Honores, en el cuarto piso del Palacio de Tribunales. Detrás suyo, estaban sentados sus colegas Ricardo Lorenzetti, Elena Higton de Nolasco, Carlos Maqueda y Horacio Rosatti, los supremos que dejaron solo a Rosenkrantz en varios fallos complejos y de interés para el Gobierno. No sólo eso, el trío conformado por Rosatti, Maqueda y Lorenzetti también le quitaron al presidente de la Corte la potestad de designar cargos y el manejo de la agenda de casos a definir. En los próximos días, por ejemplo, los supremos deberán resolver la posibilidad de postulación a un nuevo mandato a los gobernadores de Río Negro y La Rioja.

Lorenzetti se ubicó en uno de los extremos, por lo que quedó justo detrás del titular de la Corte, para escuchar el discurso que duró veintinueve minutos e incluyó frases tales como “debemos prescindir de personalismos” y los “jueces no debemos buscar el poder”. 

“Para recuperar la legitimidad y la confianza perdida debemos demostrar que somos puntillosos en el cumplimiento de las reglas”, expresó Rosenkrantz. 

En medio del escándalo desatado por el caso D’ Alessio, el titular del máximo tribunal señaló que la ciudadanía tiene la “sospecha de que servimos a intereses ajenos al derecho. Que no servimos al derecho sino que nos servimos del derecho”. 

“Coincido con el diagnóstico y con la solución. Los jueces tenemos que ser coherentes y si hay que modificar una doctrina debemos explicar muy bien el cambio de posición”, le dijo a PáginaI12 un juez de Casación que siguió atento el discurso en primera fila. Para Rosenkrantz, recuperar la confianza “lleva tiempo y constancia. Y la constancia es algo que nos cuesta a los argentinos”. En este sentido agregó  que “los jueces debemos atarnos al mástil de la legalidad. Tener coherencia aunque el resultado sea antipático”.   

Uno de los tres jueces federales de Comodoro Py que escuchó el discurso desde la última fila, también coincidió con que el Poder Judicial tiene un problema de legitimidad y respaldó la idea de enfatizar esta problemática justo en este momento, a la luz de la investigación por la trama de espionaje ilegal que salpica a parte de la Justicia. 

En diálogo con PáginaI12, el ministro de Justicia, Germán Garavano, también respaldó el mensaje: “La legitimidad es el problema crucial de la Justicia y es bueno que la Corte tome ese tema y trabaje sobre los jueces. Creo que es muy importante”.

Además del ministro estuvieron presentes Juan Bautista Mahíques, representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura y Pablo Tonelli, diputado del oficialismo en ese órgano. Mahíques fue quien presentó formalmente el pedido de jury contra el juez Alejo Ramos Padilla ante el Consejo y el diputado salió sorteado dentro de la comisión de disciplina para avanzar con la investigación que busca destituir al juez de Dolores. También concurrió Graciela Camaño, integrante del Consejo. 

Según explicaron desde la organización, la disposición de las sillas para el acto fue establecida por jerarquía y ordenada por fueros. El fuero penal federal fue el que se ganó todas las miradas. En primera fila y con asistencia casi perfecta se sentaron los jueces de la Cámara de Casación y más atrás los de la Cámara Federal. El dato novedoso fue, en contraposición a lo que sucedía en tiempos de Lorenzetti, la magra presencia de los jueces federales de instrucción, quienes llevan adelante las causas de mayor impacto político. Solo tres respondieron a la invitación y en esta oportunidad no había reservadas sillas privilegiadas. “Los principales destinatarios del discurso sobre la falta de confianza en la Justicia no estuvieron”, reconoció ante este diario un funcionario de larga trayectoria en el Palacio cuya puerta principal se mantuvo vallada y custodiada con un importante dispositivo de seguridad durante toda la jornada. También estuvieron presentes el Procurador General de la Ciudad Gabriel Astarloa; los presidentes de los tribunales superiores de Justicia de las diferentes provincias; el titular del gremio judicial, Julio Piumato e invitados especiales de la presidencia de la Corte, entre los que había periodistas como Luis Majul; Diego Cabot y Jorge Fontevechia. Para cerrar su mensaje, Rosenkrantz eligió dejar una visión esperanzadora: “Por suerte, la confianza (en el Poder Judicial) solo se ha perdido parcialmente y recuperarla es posible”.