Un “jugador de fútbol de tres piernas”, “un monstruo de tres cabezas”, fueron algunas de las definiciones que salieron en boca de ellos frente a una pregunta reiterada: “¿qué es Tribalistas?”. En principio, se trata de la conjunción de tres importantes exponentes de la música popular brasileña, cada uno con vuelo propio y amplio recorrido (y reconocimiento) en la escena musical de su país y el mundo. Un encuentro que potencia los talentos individuales para dar lugar a una nueva entidad musical. En Tribalistas todos componen y cantan; no hay líderes y prevalece la fuerza de lo colectivo. El espíritu tribal. Varios años antes del lanzamiento del primer disco de Tribalistas (2002), los músicos ya habían realizado colaboraciones y coautorías entre ellos en materiales propios.

Carlinhos Brown (56 años) es un destacado percusionista, cantante y compositor oriundo de Salvador de Bahía. A mediados de los ‘80, formó parte de la banda de Caetano Veloso, y ha compartido giras con João Gilberto, Djavan y João Bosco. En la década del ‘90, se hizo conocido por liderar el grupo de percusión Timbalada y luego emprendió un camino solista. Brown es, además, un fiel representante del Axé, movimiento musical popularizado en Bahía.

Marisa Monte (51) es una reconocida cantautora de Río de Janeiro que ha indagado en las raíces del samba carioca en discos como Infinito particular y Universo ao meu redor, ambos de 2006. Su primera formación estuvo vinculada al canto lírico, pero luego se volcó a la canción popular brasileña y publicó una decena de discos con su nombre. En 2013, Monte grabó junto a Antunes y Brown el simple “Joga arroz”, que se convirtió en un himno de la campaña por el matrimonio igualitario en Brasil. Su disco O que vôcé quer saber de verdade (2011), por caso, incluye tres canciones firmadas junto a sus compañeros tribalistas.

Arnaldo Antunes (58) es un poeta, cantante, compositor y artista visual paulista. Lideró en la década del ‘80 la banda Titãs, una de las más emblemáticas del rock brasileño. A mediados de los ‘90, comenzó un camino como solista que lo llevó a grabar nueve discos. Sus canciones sonaron en boca de Gilberto Gil, Rita Lee, Ney Matogrosso y Adriana Calcanhotto, entre otros. En el terreno de la literatura, editó doce libros de poesía y varios ensayos.