Al igual que ocurrió el año pasado con la difusión de escuchas telefónicas entre Cristina Kirchner y Oscar Parrilli, ahora le tocó el turno a la esposa de Julio De Vido, Alessandra Minnicelli, a quien le interceptaron un diálogo con el ex subsecretario de Comercio, Guillermo Moreno, en agosto del año pasado. La comunicación fue filtrada anoche a la señal de noticias TN, del Grupo Clarín. Según se escucha en el audio, Moreno y Minnicelli conversaron sobre la situación de los presos del kirchnerismo por la causa de las fotocopias de los cuadernos. El ex funcionario le dice: “¡Que no canten! Que terminen de hablar que lo único que le están haciendo es hablar boludeces”. Esta mañana, la propia Minnicelli denunció que la escucha “está cuidadosamente editada y hay partes que no salen”. Además, explicó que Moreno pedía que los presos kirchneristas no hablen “porque no había que validar para nada esa causa cuadernos”. Es decir que no pedía que oculten un supuesto delito, sino que no debían declarar porque eran obligados a “decir boludeces”.

En medio de la investigación del juez Alejo Ramos Padilla, que reveló un enorme entramado de espionaje ilegal que involucra a sectores del oficialismo, jueces, fiscales y periodistas afines al Gobierno nacional, se volvió difundir el contenido de una conversación privada entre dos dirigentes del kirchnerismo. Según la legislación actual, la escucha tiene que ser ordenada por un juez en el marco de una causa judicial y todo el material que no sea parte del delito investigado debe ser eliminado. “¿Yo tengo intervenido mi teléfono? ¿Alguien me chupo la línea? ¿Lo hicieron legal o ilegalmente? Porque es un delito. Todos estamos protegidos por la Constitución para que eso no pase”, aseguró Minnicelli en declaraciones radiales. La esposa de De Vido no sólo cuestionó la captación de la conversación sino que también cuestionó su difusión por parte de un medio de comunicación. “¿Está bien que un medio difunda una escucha ilegal? ¿O es un delito?”, advirtió. El abogado de De Vido, Maximiliano Rusconi calificó el episodio como “una vergüenza”. “Primero, no tienen ninguna relevancia jurídica el contenido de esa escucha, con lo cual no se sabe por qué se hace. Segundo, es una falta de ética atroz que se metan de ese modo en la intimidad. Si son escuchas judiciales son a un efecto judicial y no para difusión periodística”, remarcó Rusconi, quien afirmó, además, que los periodistas que la dieron a conocer deberán explicar la relación que tienen con el juez que ordenó las grabaciones.