Daenerys de la Tormenta podría haberse despedido de la trama de Game of Thrones mucho antes del final que se avecina… o al menos tener otra cara. En una movida que soprendió a los seguidores de la serie, la actriz Emilia Clarke reveló haber sufrido dos aneurismas que casi terminaron con su vida, uno al término de la primera temporada y otro al finalizar la tercera, en 2013.

“En los años que siguieron a mi segunda operación me curé mucho más allá de toda esperanza razonable, y ahora estoy al cien por ciento”, escribió la actriz londinense en un ensayo publicado por la revista The New Yorker. Allí, la Madre de Dragones relata sus nervios tras terminar la primera  tanda de episodios de Game of Thrones para HBO: para despejarse comenzó a trabajar con un personal trainer, pero una mañana llegó al gimnasio con un fuerte dolor de cabeza que terminó con un desmayo que provocó su internación. En el hospital descubrieron que tenía un aneurisma subaracnoideo, que requirió una cirugía no invasiva pero que exigió una dolorosa recuperación y un par de episodios de afasia que le produjeron terror.

“Nunca había experimentado algo así, era una sensación de absoluta maldición que se cernía”, escribe la intérprete. “Podía ver la vida que me esperaba, y que no valía la pena vivir. Soy actriz; necesito recordar mis líneas… y no podía recordar mi nombre. En mis peores  momentos quería desenchufar: le pedí al equipo médico que me dejaran morir. Mi trabajo –el sueño de lo que mi vida debería ser- se centraba en el lenguaje, la comunicación. Sin eso estaba perdida”.

Gracias a su recuperación, Clarke pudo seguir adelante, aunque recuerda la segunda temporada de GoT como la peor de toda la serie: “Cada día pensaba que iba a morir”. Las cosas empeoraron tras la tercera temporada, ya que un segundo aneurisma requirió dos operaciones mayores: solo la segunda fue exitosa, pero el proceso posterior fue largo y aún más doloroso, con ocasionales ataques de pánico y ansiedad. Totalmente recuperada, la actriz fundó la ONG SameYou, que trabaja para ayudar a víctimas de ataques cerebrales.

Game of Thrones ha realizado cambios de intérpretes en más de una ocasión: Daario Naharis, el guerrero que se une a Daenerys en Yunkai, fue interpretado primero por Ed Skrein, pero cuando este consiguió un papel en Deadpool y la adaptación televisiva de El Transportador fue reemplazado por Michiel Huisman. El mismo Night King fue primero encarnado por Richard Brake y luego por Vladimir Furdik, pero la ausencia de Clarke, quien brilla en el rol central de Daenerys Targaryen, hubiera sido un revés importante para la serie. 

“Hay algo muy gratificante, más allá de la suerte, en llegar al final de Game of Thrones. Estoy feliz de ver cómo termina y esperando el comienzo de lo que vendrá”, señaló Clarke, a quien se verá en los últimos episodios que HBO comenzará a emitir el próximo 14 de abril.