“Como muchos de ustedes ya saben, el año pasado, con la ayuda del Equipo Argentino de Antropología Forense, se identificaron los restos de Isabel Loedel Maiztegui. Más de 40 años después de su asesinato, el 26 de marzo de este año, vamos a inhumar los restos de nuestra querida hermana en el Panteón de la Memoria, Justicia y Verdad, en el cementerio de La Plata. Junto con los restos de otras víctimas de la dictadura y su esposo y compañero de lucha, Julio Di Giacinti, que murió junto con ella”. Este texto, que compartieron la familia de Isabel y de Julio, resume dos de las miles de historias que son posibles gracias al EAAF. 

Daniel Di Giacinti reconstruye ante PáginaI12 la vida de su hermano Julio, que desapareció a los 23 años, cuando él tenía 22. La militancia lo llevó junto a Isabel a Villa Ballester, donde murió cuando el Ejército fue a buscarlos, y ellos decidieron no entregarse, “luchar hasta el final”, dice. Cuenta que en 2014 le avisaron que habían encontrado a Julio. “Los familiares atravesamos procesos largos y complejos. Están los que militan hace años y no van a dejar la muestra, no tienen fuerza para ese momento. Le pasó a la familia de Isabel que se fue a los Estados Unidos. Cuando inhumamos los restos abrí una página de Facebook en  homenaje a ellos y así fue como me encontró un hermanastro de ella nacido en Estados Unidos que vendrá a la restitución de los restos”, relata. Y entonces, dice, comienza el duelo: “Eso permite un cierre y un comienzo. Hay una historia que se hace visible, en nuestro caso, la de mi hermano, que es particular porque murió combatiendo. Cuando lo encontramos supe que en mi familia había quienes no tocaban el tema. Para llegar a eso, hubo un gran trabajo del EAAF, una paciencia, una delicadeza, llamadas, encuentros. Estamos muy agradecidos”.