Elisa Carrió busca disminuir los daños que produjo la revelación judicial de su íntima relación con la “red de espionaje paraestatal con vínculos en la Justicia, medios de comunicación y legisladores”, investigada por el juez federal Alejo Ramos Padilla y que salpica también al fiscal Carlos Stornelli. La diputada Carrió y su bloque de la CC-ARI desempolvaron un proyecto propio para “eliminar” la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) como “única medida eficaz para combatir el espionaje ilegal en Argentina”. La presentación de las iniciativas parlamentarias se produce luego de que la bancada de diputados del Frente para la Victoria (FpV-PJ) realizara un pedido para que la Cámara baja excluya de su seno a Carrió y Paula Oliveto por “inhabilidad moral” dado que ambas legisladoras, de acuerdo con el expediente judicial, “habrían estado, al menos, en conocimiento de las actividades de inteligencia ilegal realizadas por una organización paraestatal, pudiendo haber hecho uso de dicha ‘información’ o participado de dicha actividad”.

“La única medida eficaz para combatir el espionaje ilegal en Argentina es eliminar la AFI y crear en su lugar un organismo que solo coordine a las fuerzas de seguridad en la prevención y el combate del crimen organizado y el terrorismo”, planteó la CC-ARI en el comunicado que acompañó la presentación de sus proyectos. Luego de hacer una defensa incondicional de Carrió y afirmar que la diputada “ha sido víctima de distintas operaciones de inteligencia y amenazas que no han cesado”, la CC sostuvo que “el oscuro y podrido mundo del espionaje, las amenazas y las operaciones terminarán cuando un mensaje claro en su contra sea enviado desde el Estado y desde la dirigencia política”.

La investigación judicial que arrancó con la denuncia por “extorsión” contra el falso abogado Marcelo D’Alessio derivó en el destape de una “red paraestatal de espionaje”, de vínculos con legisladores oficialistas, incluidas Carrió y Oliveto. 

La primera reacción de la líder de la CC al destaparse el caso fue acusar a los “presos K” de realizar una operación para perjudicar a Stornelli en la causa de las fotocopias de los cuadernos. Curiosamente, lo hizo tras acceder a grabaciones ilegales que, llamativamente, alguien le acercó en forma anónima (el procedimiento habitual de los servicios). En ese marco, Carrió dijo en un acto público en el Instituto Hannah Arendt, flanqueada por Oliveto y Mariana Zuvic, que a Ramos Padilla lo va a ver “preso”. Luego cargó contra el kirchnerismo y el juez, a los que trató de “delincuentes”, y vaticinó: “La Justicia los va a aniquilar, o esta o la de Dios, ya están muertos. Solo falta el final, que entren en un depósito”.

Carrió y Oliveto tuvieron que reconocer sus vínculos con D’Alessio pero buscaron minimizarlos y hasta cuestionaron al personaje. Cuando se levantó el secreto de sumario en la causa a cargo de Ramos Padilla, salieron a la luz las conversaciones de D’Alessio con Oliveto. “Mirá, Pau. El que armó esto es un AFI que es de la línea de (Daniel) Angelici puro. Yo ya no entiendo cómo es esta interna de la interna de la interna, dónde se vincula un tipo de Angelici con un operador CFK. No entiendo, pero sé quién es”, dice el audio que D’Alessio le envió a Oliveto.

“Bueno, Pau. Entiendo si no me querés atender por WhatsApp. Hice lo que te dije que iba a hacer, me la jugué y me traje una hora y media de toda la información”, agrega D’Alessio en otro audio. “Decime qué carajo hago con eso, ¿lo mando en un pendrive, en un sobre, lo mando con Martín Catalano para que te lo dé? No sé. Olvidate que este tipo me lleva en cana ya sea por extorsión, en grado de tentativa o lo que sea, pero quiero dárselo a alguien para que lo vea”, insistió D’Alessio, pero no obtuvo respuesta. Oliveto admitió que dejó de atender sus llamadas después de que estalló el escándalo de espionaje ilegal.

Otra vieja causa judicial también compromete a Carrió. La diputada ofreció el living de su departamento para que dos periodistas de PPT filmaran la declaración del ex policía José Luis Salerno, quien apuntó contra el entonces jefe de Gabinete Aníbal Fernández como supuesto autor intelectual del Triple Crimen de General Rodríguez –cabe recordar que uno de aquellos periodistas vuelve a aparecer entrevistando, a través de D’Alessio, al inducido “arrepentido” de Pdvsa Gonzalo Brusa Duvat, en otra causa a cargo de Stornelli–.

En tanto, Carrió admitió que el falso abogado Marcelo D’Alessio “vino a querer ponerme una pista falsa para encubrir a Aníbal Fernández, que es el autor intelectual del Triple Crimen”. Para el ex ministro kirchnerista, no cabe duda de que aquella entrevista de PPT y la embestida en su contra fueron fogoneadas por D’Alessio.

La investigación del juez Ramos Padilla puso al descubierto que el fiscal de Mercedes por el Triple Crimen, Juan Bidone, era uno de los que aportaban información “reservada” a D’Alessio sobre las víctimas de espionaje. Bidone se presentó ante la Justicia para admitir ese vínculo y la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal ordenó la suspensión del fiscal, luego de que versiones periodísticas revelaran que la mandataria era espiada por D’Alessio. Bidone está citado a declaración indagatoria por Ramos Padilla para este jueves.

Ahora Carrió, sus legisladores y su partido buscan despegarse de su relación con la red de espionaje ilegal. Para la líder de la CC-ARI, la mejor manera es apuntar al desmantelamiento de la propia AFI y crear otra que “investigará los delitos federales de terrorismo, narcotráfico, tráfico de armas, tráfico de personas, entre otros”. Además de proponer la “restricción y control de los fondos de la agencia de investigación”, que la gestión macrista eliminó para la AFI.