El juez federal Alejo Ramos Padilla citó para el lunes, a las 10.30, a Carlos Broitman, abogado del narco Ibar Pérez Corradi. El magistrado quiere saber qué participación tuvo el falso abogado Marcelo D’Alessio en la entrega de Pérez Corradi quien estaba escondido en Paraguay y era prófugo de la justicia tanto en la causa por el tráfico de efedrina como en el expediente por el triple crimen de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina. La versión es que estaba pactada la entrega de Pérez Corradi con las autoridades argentinas para un martes, pero en los días previos hubo una violenta irrupción, incluso con disparos, para intentar detener a Pérez Corradi y colgarse la medalla de una captura en lugar de la entrega. Se dice que en esa operación estuvo D’Alessio. También hubo operaciones de espionaje al propio Broitman y un vandálico allanamiento a la casa de la esposa de Pérez Corradi en que le apuntaron con armas a la cabeza a los tres hijos, tiraron gases lacrimógenos a los perros y destruyeron la casa. 

La versión de que D’Alessio intervino en las operaciones contra Pérez Corradi surgió de una foto en la que se ven, juntos, el falso abogado y la ministra Patricia Bullrich. Sin embargo, luego quedó en claro que esa toma corresponde a otro bochorno armado por la titular de la cartera de Seguridad: la entrega de Roberto Mallo, ex titular de Hinchadas Argentina, falsamente acusado de poseer un arma que se correspondería con la usada en el doble crimen narco de Unicenter. Una pericia sólida realizada después demostró la falsedad de la imputación. En el medio hubo un show con la detención de Mallo en la que intervino D’Alessio y posó con Bullrich, algo que el falso abogado usó para mostrar poder y lubricar las extorsiones.

Aún así, es casi seguro que Ramos Padilla le va a preguntar a Broitman por las incursiones de D’Alessio en Paraguay en las operaciones contra Pérez Corradi. Broitman nunca vio a D’Alessio, pero sí tiene la versión de que inspiró un tiroteo en el country de Asunción en el que vivía Pérez Corradi, jugando las cartas para detenerlo y frustrar el acuerdo de entrega. Esta interna de servicios nunca se esclareció, pero igual la Casa Rosada y Bullrich armaron el circo con Pérez Corradi trayéndolo a la Argentina con casco, chaleco antibalas y decenas de efectivos de infantería y francotiradores rodeándolo. Difundieron que fue una detención cuando la verdad fue que se entregó. Ante la jueza María Servini de Cubría, Pérez Corradi no aportó nada. La expectativa era que aportara elementos contra Aníbal Fernández pero el narco no tuvo nada para decir. Servini nunca imputó al ex jefe de Gabinete por ningún delito. 

Seguramente Ramos Padilla también querrá saber qué papel pudo haber jugado D’Alessio en otras maniobras realizadas en esa misma causa. Broitman tiene probado que lo espiaban, de manera que habrá que ver qué relación tuvo el falso abogado con esas operaciones. Más grave aún fue el allanamiento a la casa de la esposa de Pérez Corradi, en Don Torcuato. El procedimiento fue de una violencia inusitada: tuvieron a los tres chicos en el piso, apuntados con armas largas. Servini denunció que no hubo motivos para ese allanamiento y el fiscal federal Juan Pedro Zoni pidió que se investigue al juez y al fiscal que ordenaron el operativo y al jefe policial de la Bonaerense que lo encabezó. El origen de la irrupción en la casa de la esposa de Pérez Corradi fue un anónimo. Todo indica que Ramos Padilla querrá explicaciones sobre la relación de D’Alessio con ese allanamiento.