* Mi primer tatuaje fue un corazoncito en la cadera y me lo hizo mi ex marido. Él estaba todo tatuado, así que ése fue todo un tema en la familia: la chica diez que conoce al criminal. 

* El del pecho es una frase de una canción de Lesley Gore, de los 60: “Sunshine, lollipops and rainbows”. Que son estos rayos de sol, chupetines y arcoíris que representan todo lo que ella siente porque está enamorada. 

* Tengo tatuadas muchas mujeres y no es casual, no sólo porque los dibujos a veces son más estéticos, sino por el valor de lo femenino, ese poder. Me siento con una especie de protección. Tengo tatuada un virgen que podría ser la de Guadalupe, pero no, y tiene tres rosas debajo, así que también podría ser la Rosa Mística, pero no. No soy religiosa, soy espiritual. En el brazo derecho tengo tatuada a mi abuela, que es Mistiqui. Yo seguía por Flicker a una artista llamada Danger Jones Shannon, de California. Un día se me ocurrió que quería hacerme este tatuaje de mi abuela. Me lancé y se lo pedí a Danger Jones. No sólo se tomó el tiempo sino que me preguntó como quería todos los detalles. Está basado en una foto de mi abuela en la playa. Ella hubiera sido una Pin Up increíble. Desde Estados Unidos la artista me mandó el diseño original. Yo en agradecimiento le mandé dulce de leche, mate y chimichurri. 

* En un principio tenía pensado qué lugares tatuarme y cuáles no, por ejemplo, las manos no. Y ahora tengo un tatuaje en la cara… fueron pasando cosas.

* Tengo un matching tattoo, que no matchea con nada. Es un tatuaje que te hacés con alguien. En la mano hay que pinchar muy fuerte. Con mi ex dijimos que nos íbamos a hacer el mismo. Como él ya estaba todo tatuado, se hizo el canchero y dijo que se iba a hacer otro tatuaje y éste en las manos. Empezó por el otro tatuaje y le recontra dolió y entonces dijo: el otro me lo hago otro día. Y nunca se lo hizo. Así que me matching-tatué sola.

Sebastián Freire

* La movida del tatuajes, tiene mucho que ver con quien soy. Los tatuajes son los filtros que uno pone. Hay mucha gente que se queda con esa frase hecha de juzgar el libro por la portada. Es increíble cómo uno cambia estacionalmente: en invierno sos una persona encantadora porque tenés bufanda y guantes. En verano: sos imagen y semejanza del diablo. Te ven como reventada.

* Soy profesora de inglés, pero mi trabajo feliz es como preceptora. Trabajar en un colegio privado fue todo un tema. Al principio cuando hacía calor igual usaba un saquito de hilo porque sabía que todavía no me conocían y era un contexto muy conservador. En el segundo año yo ya había desarrollado un vínculo. Tenía 80 chicos a cargo. Me saqué el saquito. Porque, ¿qué les estamos diciendo a los chicos “está bien ser diferente pero tapate”? Cada une tiene su forma de mostrarse. Me decían “bueno, pero una camisita. Yo contestaba: “bueno, si el código de vestimenta es todos con camisita, ok, pero camisita para mi sola porque no te gusto, es medio fuerte, ¿no?”

* Los chicos del colegio piensan “ésta es copada, nos va a dejar hacer todo” y no. Soy todo lo contrario. El límite es amor. Venían a contarme que se iban a tatuar y yo les decía “quiero que sepas que no estoy de acuerdo. Sos chico y tenés que pensar que estás por entrar al mundo del trabajo y hay muchas puertas que se te van a cerrar solamente por la imagen”. Porque cuando uno es más chique es más pasional y une piensa “sí, voy a tatuarme ‘Susana’ para toda la vida” y toda la vida duró 17 días, y entonces “ay, Susana, que hacemos con todo esto”. Igualmente no quita que no me haya pasado y que no tenga a alguna Susana por ahí tapada. 

Sebastián Freire

* En esa escuela los alumnos habían creado cuentas de Twiter falsas. Un día llego a la sala de profesores y una profesora me dice: “yo tengo Twitter, y vos también, y me seguís”. Los alumnos nos habían creado cuentas a todos y nos hacían interactuar. La cuenta que me crearon era: Ana La Dark Emo. Me inventaron tuits como: “Estoy toda resacosa porque fui a un recital metalero pero voy a bajar la resaca con birra, porque así somos los metaleros”. “Ay me encanta venir al trabajo y que me traiga mi novio en su motito bien piola”. Yo no podía creer el imaginario de los chicos. Otro muy genial decía: “me quería hacer un tatuaje de calaveras en las tetas, pero me acordé de que ya lo tengo”. Era hermoso. Yo entraba al curso llorando de la risa. Escuchen éste: “Odio a los de cuarto, me pegan el descanso todo el tiempo, mi vida de preceptora es de una fracasada, me quiero morir”. Crueles, hermosos. La adolescencia es una gran etapa de la vida. 

* Uno de mis tatuadores es mi amigo Leandro Smiljan (de Raff Tattoo Studio). Sus diseños me eligen. Tiene una máquina arruina vidas como la de los casinos. Vos tiras de la palanquita y salen tres imágenes y con ellas él te resuelve un tatuaje, mezclándolas. Es como la suerte. A mí me salió: una calavera, una mano y una pantera.

* También tengo tatuados a mis perros. La gorra de la fuerza aérea es por mi abuelo.

* Una amiga mía (Laura) empezó a tatuar y hacía caritas de nenas. Un día hizo una carita con pelo carré y yo le dije que era yo. Entonces me la tatué. Ella le pintó el pelo rosa. Y yo al tiempo me teñí el pelo de violeta. Le hice una broma: pinté el pelo de la carita tatuada con marcador violeta y le dije que se había cambiado sola cuando me teñí. 

* Tengo algunos covers: uno es la serpiente que tapa el nombre de mi ex suegra.

Producción y Foto: Sebastián Freire