Tras más de un siglo de operaciones en el país, el laboratorio Craveri no logró sortear la crisis macrista y despidió a 47 empleados, a los que les ofrece el 50 por ciento de indemnización, pese a que no se llegó a un acuerdo con el gremio por el preventivo de crisis que pidió la empresa. En la última década, la firma de 133 años en el mercado, había incrementado su personal de 150 a 400 trabajadores, pero la crisis económica y la caída en las ventas le redujeron fuertemente el margen del negocio. La empresa además denuncia hostigamientos del Gobierno para favorecer la expansión de Farmacity, de la cual el ex vicejefe de Gabinete Mario Quintana fue socio. A los despidos en Craveri se sumó la represión policial y detención de cinco integrantes de la comisión interna, luego puestos en libertad, que se manifestaban en el establecimiento junto a sus compañeros por la reincorporación de los empleados  despedidos. El dirigente de Sanidad Horacio Waserman reconoció que existe una contracción del mercado farmacéutico, pero aseguró que los despidos en Craveri no responden a esa situación. Por su parte, Juan Craveri, tercera generación familiar al frente del laboratorio aseguró que llevan tres balances en rojo y, con el 80 por ciento de los insumos en dólares, es imposible mantenerse a flote. En octubre pasado la empresa decidió desvincular a 20 operarios de su planta en Villa del Parque, también sin que se firmara el preventivo de crisis, y eliminar el turno noche. El Ministerio de Producción y Trabajo dictó luego conciliación obligatoria y los despedidos fueron reincorporados.