Mucho se ha escrito sobre Olympia, famosa pintura de Manet de 1865 que causó revuelo en sus días, vilipendiada hasta el paroxismo por la “indecencia” de pintar a una cortesana desnuda con mirada altiva, desafiante. Aclamado por especialistas como cuadro frontera por abrir el impresionismo y allanar el camino para la aparición del arte moderno, el Musée d’Orsay tiene a Olympia por pieza estrella de su más reciente exposición, pero con petite vuelta de tuerca. Para la ocasión, se ha tomado la licencia de rebautizar la obra, invitando al espectador a posar la mirada ya no en la cortesana desnuda sino en la mujer que la asiste: una criada negra llamada Laure. Y Laure es precisamente el nombre con el que llaman a la obra en Le modèle noir: de Géricault à Matisse, muestra que propone rescatar del olvido a las figuras africanas y caribeñas que durante dos siglos posaron anónimamente para grandes pintores. Así, La amante de Baudelaire en un diván, también de Manet, recibe el título de Jeanne Duval, nombre de musa haitiana del poeta, que también bosquejó a la mujer y cuyos dibujos también están presentes. De La balsa de la Medusa, de Théodore Géricault, se reconoce a Joseph, modelo favorito del artista, un joven de Santo Domingo inmortalizado aquí como héroe de espaldas anchas que agita su pañuelo para pedir auxilio frente a inminente naufragio. Retrato de una negra, de Marie-Guillemine Benoist, pintado poco después de la (momentánea) abolición de la esclavitud en las colonias francesas, es ahora Retrato de Madeleine, en honor a la joven modelo, cuya identidad también ha sido confirmada (era empleada del cuñado de la artista). “Durante más de 200 años, no ha habido una investigación para identificar quién era ella, algo que estaba al alcance, figuraba en registros de la época. Es un caso que ejemplifica claramente cómo la historia del arte ha borrado la identidad de los modelos negros, abonando al estereotipo racial”, dice Denise Murrell, curadora de la exposición. Y sobre la contribución afro recuerda que “había presencia de personajes negros en los círculos de vanguardia, cuando los artistas y escritores desafiaban la convención y la socialización interracial era un tabú”.