Cambiemos volverá a la carga hoy en el Senado para intentar avanzar en el Congreso con uno de los escasos proyectos que desvela a la Casa Rosada: la modificación de la ley de financiamiento de los partidos políticos que le abre la puerta al aporte de las empresas (hasta ahora prohibida) a las campañas electorales. El proyecto oficialista se volvió a trabar luego que un sector del peronismo “dialoguista” reclamó que lo mismo pudieran hacer lo sindicatos, algo a lo que el gobierno se opone rotundamente. Luego de varios intentos frustrados, el oficialismo insistirá en la suerte de la iniciativa, que puede quedar sellada si no logra el quórum para sesionar, en medio de una semana corta por el feriado de Semana Santa, con muchos senadores metidos de lleno en las campañas de sus provincias y con un peronismo federal que no está dispuesta a mostrar sus propias fisuras ante un proyecto oficial.   

Sería el último intento del oficialismo para avanzar con la modificación a la ley de financiamiento de los partidos en un año electoral y a poco más de dos meses para la presentación de listas que competirán en las PASO. En tanto, Cambiemos busca abroquelar su tropa en la Cámara alta y la reunirá a puertas cerradas horas antes de la convocatoria a la sesión, prevista para las 13 para fijar una postura tras analizar los riesgos que afronta.

Por un lado, las dificultades para reunir el quórum para abrir el debate, además de tener que reunir una mayoría agravada (la mitad más uno de la Cámara, 37 senadores) que requiere la ley. Pero lo más dificultoso será zanjar las diferencias que lo separan del peronismo federal, algo que parece difícil después de arduas negociaciones que en principios amagaban saldarse pero que terminaron complicándose y aplazando el debate en varias oportunidades. El último conflicto fue el reclamo de un sector del peronismo dialoguista de incorporar a la ley la posibilidad que sindicatos y asociaciones profesionales tuvieran la misma posibilidad que las personas jurídicas (empresas) de aportar a las campañas de los partidos.

Frente al rechazo del oficialismo, los federales respondieron abroquelándose y consiguieron incluso el dictamen de mayoría con los sindicatos incluidos, que debería debatirse hoy en el Senado. Algo que en Balcarce 50 no estarían dispuestos a ceder.