Dibujante infatigable, que hace posible páginas repartidas entre publicaciones variadas junto a proyectos que le involucran, el rosarino Leo Sandler se trae un nuevo libro bajo el brazo y promete más. Como él mismo señala: “No sólo un libro, sino una editorial”. Efectivamente, Raymond es el primero de los títulos del sello que le pertenece, Karkass. Coeditado junto a Loco Rabia, Raymond obtuvo el apoyo de Espacio Santafesino, y se suma a la lista cada vez más extensa de historietas publicadas a partir del premio estímulo que otorga el Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia.

Raymond cuenta con guión de Alejandro Farías, y reúne una serie de variaciones en torno a un mismo personaje y premisa estética. El resultado es vibrante, por momentos poético, de variaciones tonales realizadas también por Sandler. “Comenzamos con 4 o 6 páginas, fue tomando consistencia y nos comenzó a gustar. Habíamos armado un formato que para mí era muy cómodo: no más de 4 páginas, de 6 cuadros fijos, con dos colores. A partir de allí, veíamos cómo encajar las historias que hacíamos, y la manera fue variando. Hay una que me gusta muchísimo, a partir de un poema que hizo Alejandro. Lo dividí por cuadritos y se lo volví a mandar, él me indicó qué le gustaría que hubiese en cada cuadrito. Lo fui dibujando y lo fuimos cambiando. En otros casos, fueron guiones que dibujé tal cual”, comenta Sandler a Rosario/12.

Raymond es poeta y alcohólico y “como dice Ale Farías en el prólogo, no hace bien ninguna de las dos cosas. Básicamente, es un tipo que lleva la vida adelante como puede. Y reflexiona mucho. Al principio, la idea fue la de un poeta de los suburbios que tuviese una vida muy dispar, en lugares sórdidos, basado en personajes parecidos como Boogie, el aceitoso. Pero enseguida eso se nos desprendió. El personaje comenzó a cobrar una impronta propia, y como pasa muchas veces, se nos fue de las manos, terminó siendo él mismo. Nosotros pasamos a trabajar en función de lo que pedía el personaje”, agrega.

Editado originalmente en la colección Burlesquita y disperso de manera online, Raymond es ahora un libro y como cuenta Sandler, “es muy diferente armar el libro y tenerlo en la mano. En este sentido, creo que Raymond va cobrando una especie de vuelo lirico a medida que avanza. Como pasa con las personas, dejás de lado la cuestión de la primera impresión y empezás a profundizar más”.

Por las dudas, Farías se ataja desde el prólogo, porque Carlos Raymond, dice, no es él, tampoco Sandler. “Se llama Carlos Raymond por Charles Bukowski y Raymond Carver, el personaje tiene esa onda, es evidente”, aclara el dibujante. De todos modos, habrá matices raymondianos que digan sobre sus autores, una dupla de combustión probada.

Raymond tiene 80 páginas, 60 de ellas a color, “algo que para la gente del medio es sorprendente”, confirma Sandler, y agradece por ello el incentivo de Espacio Santafesino, sin cuyo premio el libro todavía no sería. A la vez, Leo Sandler tiene en carpeta un próximo libro a editarse este año por Maten al Mensajero: Pintamonos, junto a Rodolfo Santullo; y una segunda parte de Marca Perro, junto al mismo guionista y por el sello Pictus. Más la tarea editora que ahora le tiene por protagonista: “El libro se pudo hacer y muy bien. Tengo que agradecer muchísimo a Loco Rabia, porque facilitaron todo y porque aprendí un montón. La idea es ver cómo le va al libro. Proyectos hay, pero vamos a ver cómo se dan las cosas en este país caótico”.

En otro orden, alguien que merecía el libro propio, que visibilizara su talento, es Diego Fiorucci. Nacido en Santa Rosa (La Pampa) pero con una vida ya rosarina, Fiorucci ha desgranado su quehacer en áreas como el dibujo, la ilustración, la publicidad y la docencia. Basta con consultar el interior de La magia del lápiz y el papel: Construyendo la figura humana (Milenario Ediciones) para que el asombro sea el protagonista. No sólo por la calidad que desprenden sus ilustraciones, tendientes a graficar anatomía, poses y movimientos, sino por la sencillez con la cual los textos acompañan. Más aún, el prólogo del libro corresponde a Enrique Alcatena: “Nunca se deja de aprender cuando el maestro es bueno”, rubrica el gran dibujante.

Mientras Raymond ofrece unitarios que desgajan a un poeta que sobrevive a sus trances alcohólicos, La magia del lápiz y el papel adentra a los interesados en el arte de cómo dibujar lo que se desea.

“El libro va a ser parte de lo que pretende ser una serie, que lleva por título La magia del lápiz y el papel, con la intención puesta en comenzar con este primer libro. Construyendo la figura humana está orientado a quienes quieran dar los primeros pasos, a ejercitar, a entender un poco cuál es el tema del esquema de proporciones que ha tenido siempre el arte clásico”, explica Fiorucci a Rosario/12.

Fiel a la formación clásica, como requisito que permita el despliegue personal, el dibujante afirma que “trabajar lo que es la figura más académica del cuerpo es muy útil para cualquiera que quiera dedicarse a la historieta, sea a los superhéroes o incluso diría que al manga. Nunca está de más ver esta base. Desde luego, todo esto se acompaña en el libro de un desarrollo, de una fundamentación un poco más teórica”.

Entre las manos amigas que prestaron colaboración, Fiorucci destaca a Marcos Vergara en la diagramación y Pablo Colaso en el diseño, además del quehacer editor de Alejandro Radeff. “También hay una galería con algunos consejos, en donde abro a algunos otros temas que tienen vínculo con lo que uno ha hecho, como la animación. La magia del lápiz y el papel está armado sobre la experiencia de dar clase durante mucho tiempo. En ese sentido, es práctico porque acompaña muy bien a un taller o a un curso. Ésa es la idea del libro”.